En el mercado mexicano de televisión abierta existen 827 concesiones, de las cuales 556 vencerán en 2021, entre las que destacan las 224 de Televisa y 179 de Televisión Azteca, los mayores tenedores de éstas en el país, así como seis de Multimedios Televisión.
La prórroga de las concesiones depende de hacer el trámite ante el Instituto Federal de Telecomunicaciones y del pago de contraprestaciones estipuladas en la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, la norma de derechos que durante años recientes fijó los montos con base en la inflación y lo dispuesto en sus títulos de concesión para la explotación del espectro.
Sin embargo, dichos títulos fueron otorgados antes de que la tecnología permitiera la digitalización de canales y el multiplexeo, beneficios tecnológicos mediante los cuales, además de mejorar la calidad de la imagen y el audio, pueden multiplicar los canales que les fueron otorgados, comercializarlos como parte de su negocio o arrendarlos a otros interesados en entrar a la industria sin pagar un peso más por la explotación del espectro por decisión de Poder Legislativo.
Las concesiones de Televisa han sido resultado de entregas discrecionales
de espectro desde 1950. Las de Televisión Azteca son producto de la privatización de Imevisión. En ninguno de los dos casos se trata de concesiones que hayan obtenido por licitación, como ocurre desde 2014, cuando entró en vigor la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, manifestó el consultor Ramiro Tovar Landa.
El riesgo
para Televisa y Televisión Azteca con un Congreso nuevo, encargado de integrar el paquete económico y que junto con el gobierno por entrar enarbolan la bandera de hacer el mejor uso de los bienes del Estado, está en que la próxima Ley de Derechos podría incluir cambios mediante los cuales ambas televisoras tengan que pagar derechos por todos los beneficios que la digitalización y la multiprogramación les ha generado.
LA JORNADA
