Córdoba.- El IMSS cuenta con un mastógrafo para dar atención a los derechohabientes, que adquirió en 3 millones de pesos; sin embargo, personal médico de la Institución canaliza a los pacientes a clínicas privadas para realizarse el estudio del cáncer de mama, cuyo costo absorbe el Seguro Social, en donde se detecta un claro caso de corrupción, pues se ignora cuánto pagan por el servicio.
A pesar de que el presupuesto para dicho mastógrafo fue asignado por el médico Baldomero Vargas Brito, jefe delegacional de Medicina Preventiva, mismo que asigna los presupuestos anuales para mastografias, que además el mayor rubro de este presupuesto lo ha etiquetado en el 2017 para pagar empresas privadas generándole un costo doble al Instituto Mexicano del Seguro Social.
Dicho mastógrafo fue adquirido hace un mes y medio por Eduardo Sánchez Montañero, jefe de Servicios Administrativos Delegacionales, quien autorizó la compra de este equipo. En dicha licitación habrían participado supuestamente cinco empresas para su adquisición; sin embargo, extrañamente la empresa que vendió el aparato no se inscribió en dicho concurso.
Cabe destacar que el actual director de la Clínica 61, José Roberto Balcázar Castillo, un médico con poca experiencia y antigüedad en la Institución, se jacta de haber conseguido el mastógrafo y un ultrasonido 4D, equipos que no son utilizados en el IMSS, con la finalidad de favorecer a hospitales y laboratorios privados.
El Director, según versiones de otros médicos, presume haber conseguido su puesto gracias a su compadre, el también médico Luis Arturo García Vázquez, coordinador delegacional de Atención y Prevención a la Salud
Con esta persona comparte algo más que el ser compadre, también son socios propietarios del Hospital del Ángel, que está instalado junto a la Cruz Roja, mismo han sido señalado por robarse de esta Clínica del IMSS los insumos para su hospital particular. El 10 de noviembre nuevamente asistirá el camión de mastografías a la Clínica 61, el cual realizará los estudios con cargo nuevamente al presupuesto asignado por la Federación a la Clínica 61 del Instituto Mexicano del Seguro Social, generando un costo innecesario, pues este equipo existe en el hospital.
Desde EL BUEN TONO exigimos que las autoridades competentes investiguen y en su defecto castiguen esta red de corrupción que existe dentro del organigrama del Instituto Mexicano del Seguro Social y que se benefician de los “moches” obtenidos por la realización de estudios en laboratorios o clínicas particulares.