in ,

Tiempo de fe y renovación; Semana Santa 

publicidad

Ada Rosas 

El Buen Tono

Región.- La Semana Santa no es sólo el inicio de un periodo vacacional, sino una oportunidad para el encuentro con la fe, la reflexión y la tradición. Comienza el revivir del Misterio Pascual, un tiempo de recogimiento y renovación espiritual, donde se representa la pasión, muerte y resurrección de Cristo.

El padre Domingo Ortiz Medina, párroco del Sagrario de la Catedral de la Inmaculada (ubicada cerca del parque 21 de Mayo, en Córdoba) nos comparte la importancia de estas fechas, los preparativos que la Iglesia realiza y cómo las familias pueden vivir esta celebración más allá de la costumbre, encontrando en ella un verdadero encuentro con Dios.

Inicio y desarrollo de la Semana Santa

“La Semana Santa inicia en tiempos de Cuaresma, comenzando con el Miércoles de Ceniza y culminando con el Triduo Pascual (19 de abril), también conocido como el Misterio Pascual”, explica el sacerdote. Este periodo sagrado comienza con el jueves Santo (17 de abril), pero previamente, el martes Santo (15 de abril) se celebra la Misa Crismal por cuestiones pastorales. “En la Misa Crismal se bendicen los aceites y se realiza la renovación de las promesas sacerdotales”, agregó.

El Jueves Santo marca el inicio del Misterio Pascual con la Misa de la Cena del Señor, donde se consagra el pan eucarístico. Es un día significativo para la Iglesia, ya que se conmemora el Día de la Eucaristía, el Día del Sacerdocio y el Día de la Caridad. El Viernes Santo (18 de abril), se lleva a cabo el Santo Viacrucis a las 10:00 de la mañana, seguido por la Adoración de la Santa Cruz en la tarde.

El Sábado Santo, por la noche se lleva a cabo la Vigilia Pascual, la cual inicia con la Liturgia de la Luz, que incluye la bendición del fuego y el encendido del Cirio Pascual. Posteriormente, se desarrolla en tres partes más: la Liturgia de la Palabra, la Liturgia Bautismal y la Liturgia Eucarística.

El párroco enfatiza que la vivencia de la Semana Santa depende en gran medida de las familias, quienes cumplen el papel de catequistas para sus hijos, inculcándoles valores cristianos, pasando de una Semana Santa común y tiempo vacacional, a un encuentro con Cristo vivo.

Recordando su infancia, Ortiz Medina destaca que antes se observaban más momentos de meditación, silencio y oración. “Los padres no permitían que los niños gritaran o jugaran. Si se encontraba algún artefacto en sus manos, les llamaban la atención, especialmente el Sábado de Gloria, pues se consideraba una falta de respeto al Señor. Había una mayor participación de la gente, eran tiempos de reconciliación y oración.

“El Viernes Santo era un día triste, pues recordábamos la muerte de Cristo, y el Sábado en la vigilia, se encendía el fuego para llevarlo a los hogares”, recordó con nostalgia, señalando que estas costumbres se han ido perdiendo con el tiempo y sería valioso retomarlas.

CANAL OFICIAL

Sin freno el robo de bicicletas; ciclistas acusan impunidad

Colectivo de buscadoras descubre 4 f0s4s c1and3stin4s en Hermosillo