AGENCIA
Chihuahua.- La crisis migratoria en la frontera entre Estados Unidos y México continúa, y el gobierno de Texas ha respondido extendiendo la barrera de alambre de púas que separa a ambos países, particularmente en la zona de Ciudad Juárez. Esta medida ha sido objeto de críticas por parte de defensores de los derechos humanos.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, ha estado promoviendo la construcción de estas “barreras” y la colocación de boyas en el río para evitar que las personas en situación de movilidad humana crucen. La alambrada se ha ampliado hasta el límite de Texas con Nuevo México, una región donde es posible cruzar desde Ciudad Juárez.
La región de Chihuahua ha experimentado un aumento significativo en el flujo de migrantes, muchos de los cuales se han establecido en espera de poder ingresar a territorio estadounidense. Sin embargo, en algunos casos, han intentado cruzar de manera ilegal, lo que ha llevado a la extensión de la frontera por parte de Texas.
La agencia de noticias EFE documentó el momento en que la Guardia Nacional de Estados Unidos colocaba alambre de púas, tal como había anunciado el gobernador Abbott la semana pasada.
Rosa Mani Arias, coordinadora de la organización Abara, que brinda atención a migrantes, calificó esta medida como “cruel e inhumana” ya que pone en peligro la integridad física de las personas que buscan ingresar a suelo estadounidense.
“Me tocó ver una manera muy inhumana y ahora veo que ya de plano son navajas, que ya de plano es un ‘no vas a entrar y no me interesa tu cuerpo, no me interesa tu persona’. Es muy triste, es inhumano y es cruel”, expresó Rosa a EFE.
La activista señaló que la desesperación de las personas por cruzar es tan grande que no les importa arriesgarse entre las barreras de alambre de púas. “Me puedo poner en sus zapatos y entender que la desesperación te lleva a hacer muchas cosas”, añadió.
Jondavid Mujica, un migrante venezolano que busca llegar a Estados Unidos, ha proporcionado sus datos en la aplicación “CBP One,” pero al no recibir respuesta, está dispuesto a cruzar de manera irregular.
“Dijeron que por aquí el paso estaba abierto y lo cerraron ayer en la madrugada. El tren nos dejó ayer en el desierto y tuvimos que caminar hasta aquí”, dijo el migrante, quien afirmó que cruzará de la forma que sea necesario.
La situación en la frontera sigue siendo un desafío humanitario y político, y las respuestas de las autoridades siguen siendo objeto de debate y críticas por parte de organizaciones de derechos humanos y defensores de los migrantes.
