Todavía no acabamos de digerir la Rosca de Reyes, cuando 2015 ya nos sacude con el paso acelerado de los acontecimientos.
En México, ni la protesta ni la violencia se fueron de vacaciones, como suelen hacerlo. El cinismo de los políticos
mexicanos tampoco.
Nunca descansa, de hecho. En el mundo, la agitación llegó antes que los Reyes Magos a entregar regalos en los hogares.
APERITIVO: EL TERRORISMO
Bush hijo ni cuenta se dio. Su famosa “guerra contra el terrorismo” no hizo más que promoverlo. Afganistán no ha dejado de ser dominado por los señores de la guerra, el caos y la pertinaz incertidumbre. Irak antes era territorio de un soez dictador, sí.
Pero tenía el territorio bajo un control absoluto. No había hoja que se moviera sin que lo supiera el sátrapa. No obstante, no era territorio terrorista.
Tras la invasión de Bush a Irak no llegó la democracia. No sólo eso. Hoy Irak es el escenario de una cruenta guerra civil y desde hace años es un verdadero santuario de terroristas.
Hace tiempo que es difícil que pase una semana en Bagdad sin un ataque, en alguna zona chiíta de la ciudad. No es raro que sea la cuna del emergente grupo de radicales enloquecidos conocido como el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés).
Aquella plutocracia suní que Bush apartó del poder, regresa. No es difícil ubicar que alguna vez tuvieron el poder y lo ejercieron a plenitud.
Sus primeros ataques fueron dirigidos a las ricas zonas petroleras iraquíes, por lo que hoy se financian tranquilamente de la venta clandestina de sus pozos petroleros. Sus ingresos se calculan por organismos de inteligencia en más de tres millones de dólares diarios. Se quedan cortos.
Sí, en efecto. Se trata del grupo terrorista islámico más rico que ha existido en la historia. Y encima, uno de los más violentos, crueles y despiadados. De ello han dado múltiples pruebas, con su macabra tradición de decapitar periodistas occidentales.
Hay veces que Dios sí da alas a
los alacranes.
Pero lo que tiene más preocupadas a las potencias aliadas son sus ciudadanos, que forman parte de estas brigadas de yihadistas extranjeros que luchan con ISIS.
Su temor es que son difícilmente detectables por sus sistemas de seguridad, ya que portan pasaportes de las mismas potencias que los combaten. Ayer y anteayer vimos este temor materializado en la pesadilla de Francia. Residentes que van y atacan a un diario que les provoca en su propio territorio. Que toman rehenes y asesinan policías en su propio territorio.
No en las cuevas del Hindú Kush en la frontera afgana, no. Es ahí, en un supermercado de París. A sólo dos días del cobarde atentado a la revista Charlie Hebdo, Francia vivió dos tomas de rehenes en dos distintos lugares, en curso al mismo tiempo. Murieron los agresores (que ellos se entienden como mártires) y también rehenes. La tragedia servida.
PIATTO FORTE: LIBERTAD DE EXPRESI”N
Otro de los tópicos que se ha discutido en el mundo, tras esta ola de violencia en Francia es la libertad de expresión.
Condenable, inaceptable y deleznable lo que esos desalmados hicieron. Ejecutar a dibujantes por expresar sus ideas.
¿Acaso entraremos en un mundo con miedo a expresarse por temor a represalias como éstas? Inaceptable.
Entiendo que también podría entenderse que los cartones de la revista no solamente son irreverentes. Llegaban a ser ofensivos y a veces a rayar en lo
discriminatorio.
El odio, la discriminación y la xenofobia francesa, que sí existe, ahondan el extremismo que se cocina en las zonas marginadas de París.
Pero lo civilizado de la polémica es que se podía combatir con sus propias armas: el lápiz, a quienes no estuvieran de acuerdo, y con el mismo instrumento, a quienes sí lo estuvieran y los apoyaran.
Pero la censura, el ataque con sangre, es dramáticamente execrable, condenable y combatible.
Mención aparte merece la reacción solidaria de una sociedad como la francesa. Sin fisuras, musulmanes, católicos, negros y blancos a una sola voz, en contra de la censura y repudiando el atentado.
Los sobrevivientes de la revista fueron recibidos como en su casa en las instalaciones de otro diario. Su competencia, sí. Medios franceses y otras entidades le van a entrar con dinero y distribución para que salga adelante el medio agredido. Sale porque sale.
Y no sólo eso. El próximo número saldrá con… ¡un millón de ejemplares! Como nunca en su historia. Para que quede claro que la libertad de expresión en Francia no se detendrá.
No les voy a negar que me emocionó esa solidaridad entre medios, en favor de la libertad de expresión ¡Hasta
envidia me dio!