El martes 17 de diciembre, un potente terremoto de magnitud 7,3 golpeó el archipiélago de Vanuatu, en el Pacífico Sur, dejando a su paso una devastadora cifra de víctimas. Según el Gobierno de Vanuatu, al menos 14 personas han perdido la vida y más de 200 resultaron heridas, especialmente en la capital, Port Vila, donde los equipos de rescate continúan trabajando en condiciones extremadamente difíciles.
El terremoto, que ocurrió a las 12:47 hora local (01:47 GMT), tuvo su epicentro a unos 30 kilómetros al oeste de Port Vila, a una profundidad de 57,1 kilómetros bajo el lecho marino. La Oficina de Gestión de Desastres de Vanuatu indicó que aún se encuentran muchos heridos y desaparecidos, por lo que se teme que el número de víctimas aumente a medida que continúan las labores de búsqueda.
La tragedia también ha causado serios daños en la infraestructura de la ciudad. Al menos diez edificios han sufrido daños estructurales, incluidos los de las embajadas de Estados Unidos, Reino Unido y Nueva Zelanda. El aeropuerto de Port Vila permanece cerrado, excepto para la llegada de vuelos de asistencia humanitaria.
La situación en las zonas afectadas es crítica. La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) ha reportado que aproximadamente 116,000 personas han sido afectadas, mientras que las telecomunicaciones siguen interrumpidas en diversas partes del país. Además, las carreteras y puentes dañados dificultan el acceso a algunas zonas, lo que complica aún más los esfuerzos de ayuda.
El Hospital Vila Central, el principal de la ciudad, también ha sufrido daños, y se han desplegado tiendas de campaña fuera de sus instalaciones para atender a los pacientes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha enviado un equipo de emergencia para apoyar en las labores de atención sanitaria.
El terremoto fue seguido por dos réplicas, una de magnitud 5,5 y otra de 5,4, que aumentaron la angustia en la población. Aunque el Centro de Alertas de Tsunamis del Pacífico emitió inicialmente una alerta de tsunami, esta fue suspendida más tarde.
Vanuatu, un país compuesto por más de 80 islas y con unos 250,000 habitantes, está situado en una zona sísmicamente activa, cerca del Anillo de Fuego del Pacífico. Este terremoto es un recordatorio de la constante amenaza de actividad sísmica que enfrenta la región.
El mundo entero sigue de cerca los esfuerzos de rescate, mientras las autoridades locales, junto con organizaciones internacionales, luchan por brindar ayuda a los afectados por este devastador desastre natural.