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Tensión en CDMX: Encapuchados prenden fuego y hacen pintas en la marcha por Ayotzinapa

Superiberia

La Ciudad de México vivió momentos de alta tensión este 26 de septiembre durante la marcha en conmemoración del décimo aniversario de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Lo que comenzó como una manifestación pacífica se tornó violento cuando un grupo de encapuchados, conocidos como el bloque negro, realizó destrozos y actos vandálicos en su paso desde el Ángel de la Independencia hasta el Zócalo capitalino.

A partir de las 17:00 horas, la manifestación avanzaba con consignas como “¡Ayotzi vive!” y “¡Fue el Estado!”, pero los momentos más álgidos surgieron cuando un grupo reducido de jóvenes, vestidos de negro y con el rostro cubierto, comenzaron a realizar pintas con mensajes como “Fue el Ejército” y “Palestina Libre” en los muros de negocios y edificios sobre Paseo de la Reforma. Armados con mazos y martillos, también rompieron vidrios y prendieron fuego a varios locales comerciales, entre ellos una sucursal de Starbucks, un Sonora Grill y una tienda de ropa Aldo Conti.

Las fuerzas de seguridad, resguardadas detrás de vallas metálicas, fueron blanco de bombas molotov y petardos lanzados por los encapuchados. A lo largo del recorrido, se blindaron edificios emblemáticos como la Catedral Metropolitana y el Palacio Nacional, donde los manifestantes realizaron grafitis y prendieron fuego a una piñata con la frase “Fue el Estado”.

Mientras tanto, en el Zócalo, los padres de los 43 normalistas desaparecidos encabezaron emotivos discursos en los que reiteraron su exigencia de justicia y verdad. “Nos faltan 43” y “Viven en nuestra rebeldía” fueron algunas de las frases más repetidas, en una jornada marcada por el dolor, la frustración y los fuertes reclamos hacia las autoridades mexicanas.

La conmemoración de este aniversario no solo refleja la lucha constante por la justicia, sino también la polarización que sigue presente en este caso, donde las tensiones entre el gobierno y los manifestantes se evidencian cada vez más. La herida de Ayotzinapa sigue abierta y su eco resuena, año tras año, en las calles de México.

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