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Telecom: regular para el siglo XXI

Superiberia

El reto de los próximos integrantes del IFT es mayúsculo: resolver los retos de las redes ultrarrápidas

Hace dos números, The Economist puso en blanco y negro algo que ya no es motivo de debate sino un hecho probado empíricamente, bien conocido entre los especialistas pero no entre el gran público: Europa se ha quedado atrás en el despliegue de redes avanzadas de telecomunicaciones. “Habiendo estado muy adelante de los Estados Unidos en la construcción de redes 3G, Europa se encuentra ahora muy atrás en el tendido de Redes de Próxima Generación (NGA, por sus siglas en inglés)”. 

Las Redes de Próxima Generación son aquellas que pueden brindar banda ancha ultrarrápida y el mejor soporte a la convergencia tecnológica que permite brindar televisión, transmisión de datos vía internet y telefonía, así como las aplicaciones de telemedicina, el e-comercio, el e-gobierno digital y todos los servicios en la nube.

¿Y por qué tendríamos que preocuparnos por los problemas de Europa? Porque el diagnóstico de tirios y troyanos respecto al atraso europeo coincide en que son el modelo de regulación en este sector y la “densidad” o intensidad de la regulación los causantes de este atraso. Y porque el modelo de regulación que inspiró la reciente reforma constitucional en materia de telecomunicaciones en nuestro país se parece más al modelo europeo de regulación que al estadunidense, que ahora ha logrado que EU estén en la delantera en materia no sólo de despliegue de redes de próxima generación, sino en innovación y desarrollo de estas redes.

Hace apenas cuatro días, el 11 de julio, Neelie Kroes, vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de temas regulatorios, se quejaba de que sólo “dos por ciento de los hogares europeos estén suscritos a banda ancha ultrarrápida”. En octubre del año pasado reconocía que “cuatro de cada cinco de hogares estadunidenses tienen acceso a redes ultrarrápidas, una cifra que se cuadriplicó en tres años”.

Mientras que en Europa el modelo de regulación predominante es el de la competencia en servicios, que tiene como herramienta fundamental la desagregación o compartición a precios regulados de la infraestructura del operador histórico, en Estados Unidos desde 2004 disminuyeron los requisitos regulatorios basados en la desagregación para incentivar el modelo de competencia basado en infraestructura.

En el primer modelo, el basado en servicios, las compañías entrantes, las que quieren incursionar en las telecomunicaciones sin contar con grandes inversiones en éstas, tienen acceso a rentar la infraestructura del operador histórico, especialmente la última parte de la red que llega al hogar del suscriptor, a un precio que fija el regulador. Al disminuir el precio de entrada de nuevos competidores a este mercado -pues no tienen que hacer grandes inversiones-, se espera que aumente la competencia y bajen los precios al menudeo y por tanto aumente la adopción de servicios de telecomunicaciones. Esta regulación en efecto impulsa la difusión de la adopción de la banda ancha pero por un periodo corto, no más de cuatro años según varios estudios, porque a mediano y largo plazo desincentiva la inversión tanto del operador que estaba antes como de las compañías entrantes. El primero -que es el que lleva todos los riesgos- porque los precios regulados siempre a la baja desalientan nuevas inversiones en tendido de redes sofisticadas. Los segundos, porque resulta más barato y seguro rentar a precios regulados la infraestructura de su competidor que arriesgarse a nuevas inversiones pesadas.

En el segundo modelo, el de competencia basado en infraestructura y que explica el éxito reciente en Estados Unidos, se excluye la compartición de infraestructura de nuevas redes de fibra óptica y se modera la compartición obligada del cable de cobre que llega al hogar del suscriptor. La renta obligada y a precios dictados por el regulador (o desagregación) de la infraestructura del operador telefónico histórico (British Telecom en el Reino Unido, Deutsche Telekom en Alemania, Telmex en México, etc.) está basada en el concepto correcto de obligar a esto cuando esa infraestructura no es fácilmente sustituible, es decir, cuando por ejemplo sólo se puede llegar a la casa del suscriptor vía la red del primer operador. Pero el avance tecnológico ha venido a amenazar de muerte el concepto de “infraestructura insustituible”. Hoy llegan a los hogares tanto el par de cobre del operador histórico, como el cable coaxial de los operadores de televisión por cable, o la televisión satelital e incluso la telefonía celular, que no llega mediante un cable sino a través del espectro.

Las políticas cuya herramienta principal son la desagregación y los precios bajos de la renta de la infraestructura del operador histórico, ya han cumplido más de 15 años de haberse implementado y ahora pueden medirse empíricamente sus resultados. A largo plazo, producen resultados como los europeos.

La competencia que fomenta la inversión en infraestructura es la típica entre diversas plataformas tecnológicas: redes de cobre y de fibra, redes de TV de paga, TV satelital, telefonía celular. Esta competencia y no apenas la reventa de servicios montados sobre la red del competidor- permite mayor diferenciación de oferta para los consumidores, mayor innovación y más toma de riesgos. Al anunciar las medidas que la Unión Europea deberá tomar para que “para 2020 la mitad de los hogares europeos estén suscritos a redes de 100 Mbps”, Neelie Kroes decía que “uno de los temas levantados en las consultas fue el de los precios cobrados por el acceso mayorista a las redes de cobre. La evidencia demuestra que bajar esos precios no lleva a una mayor inversión en banda ancha muy rápida”.

 

El reto de los próximos integrantes del IFT es mayúsculo: resolver los retos del siglo XX -nuestra brecha digital- y los del siglo XXI, las redes ultrarrápidas en nuestros centros urbanos. Ojalá lo hagan mirando hacia enfrente y no por el espejo retrovisor. (Aclaro que trabajo en una división educativa de Telmex. Ésta es mi opinión personal y no la de la empresa.) Para las referencias de los estudios citados búsquenme en @twitter: @ceciliasotog

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