Efraín Hernández
El Buen Tono
Córdoba.- La descomposición del tejido social en Veracruz quedó al descubierto tras el asesinato del diputado federal Benito Aguas Atlahua, ocurrido el lunes en el municipio de Zongolica. Este trágico hecho, calificado como un grave atentado político y social, fue duramente condenado por el Consejo Representativo de Iglesias Evangélicas del Estado de Veracruz (CRIEV), encabezado por Alfredo Luna Murillo, quien exigió respuestas inmediatas por parte de las autoridades.
El líder religioso lamentó que la inseguridad continúe siendo una constante en el estado, afectando tanto a la ciudadanía como a los actores políticos.
“Lo sucedido es una muestra más de la vulnerabilidad que enfrentan los veracruzanos. Es imperativo que la gobernadora Rocío Nahle García implemente acciones contundentes para garantizar la tranquilidad de la población”, señaló Luna Murillo.
Asimismo, enfatizó que la mandataria federal, Claudia Sheinbaum Pardo, debe intervenir para asegurar un entorno más seguro en Veracruz.
“Este crimen podría haberle ocurrido a cualquier habitante. La violencia no distingue y refleja el daño profundo al tejido social que nos afecta a todos”, añadió el representante del CRIEV.
Concluyo afirmando que el homicidio del congresista ha generado alarma entre diversos sectores, evidenciando la urgente necesidad de estrategias efectivas que enfrenten la crisis de inseguridad en la región.
