Efraín Hernández
el buen tono
Córdoba.- Misael Martínez Ramírez, abogado penalista de profesión y actual delegado regional del Movimiento Independiente de Veracruz, este domingo vivirá un Día del Padre bendecido al lado de sus tres mágicas princesas.
Y es que a pesar de ser un hombre que día a día pelea por los derechos humanos, siempre se da un tiempo para estar con sus más grandes amores.
“Ser padre es una de las mejores experiencias que un hombre pueda tener en la vida, pero sobre todo el tener hijas lo es más ya que tienes la responsabilidad de guiarlas y forjarlas ante una sociedad que día a día va a cambiando”, expresó.
Abundó que trata de inculcarles el valor del respeto hacia sus semejantes; “mira, he vivido muchas cosas en estos 38 años de vida, pero aún así no me he dado por vencido, siempre que me levanto lo hago por ellas, si no decaigo es por mis hijas quienes son el motivo mas importante de mi vida”.
Y es que Misael busca ser un ejemplo para sus pequeñas a quienes espera verlas realizadas como mujeres: “mi sueño es ver a cada una cumplir cada una de sus sueños”.
Aunque llueva o truene o por muy cansado que esté, siempre busca la posibilidad de jugar con sus hijas, de pasar un tiempo con ellas.
“Me salgo de mi trabajo siempre que puedo para ir por ellas a la escuela o para comer con ellas, en las noches aunque llegue tarde de mis labores siempre voy a darles su beso de las buenas noches”, confesó.
Señaló que como seres humanos somos imperfectos, en todas nuestras facetas de la vida, esto quiere decir que no es posible hacer las cosas siempre bien.
Recordó que cuando era joven, antes de ser padre, le costaba aceptar los errores de sus padres, “porque de pequeños pensamos que son perfectos; cuando nos damos cuenta que no lo son nos podemos llegar a enfadar y seguir esperando que nos den algo que no hemos recibido… ( más cariño, afecto, atención… ).
Labor difícil
Dentro de las celebraciones del día del padre, se cuentan muchas historias como es el caso del pastor evangélico Alfredo Luna Murillo, quien compartió que ser pastor y padre de familia a la vez ha sido muy difícil, ya que ha tenido ocasiones en las que le ha tocado predicar en lugares lejanos, y ha estado días sin ver a sus hijos.
Luna Murillo señaló que un pastor es una figura que ante los ojos de la congregación es querida y respetada, aunque abundó que el hecho de ser ministro no quiere decir que la familia de quien lo ejerce no está exenta de tener problemas.
“Ahora bien, el pastor está llamado a ser ejemplo del rebaño de personas que está dirigiendo hacia el Señor. El pastor debe vivir una vida impecable e irreprensible en lo personal y familiar, para poder ser el hombre o la mujer indicado para dirigir en la iglesia”, resaltó.
Expresó sentirse bendecido por la familia que Dios le dio al lado de Silvia Solórzano Castillo, con quien lleva 25 años de casados.
Tiene tres hijos Iván David, Alan Leví, Aline Michelle; los cuales le han dado muchas satisfacciones, ya que cada uno de ellos es profesionista.