El Tokyo Dome aún resonaba con los ecos de la última canción de Taylor Swift cuando la estrella pop se apresuró hacia el aeropuerto de Haneda, presuntamente embarcando en un viaje frenético para ver a su novio, el jugador de la NFL Travis Kelce, en el Super Bowl de Las Vegas.
Con un traje azul de lentejuelas y una reverencia final, Swift se despidió de una multitud enloquecida, sumergiéndose bajo el escenario para comenzar su carrera contra el tiempo. Su destino: nueve husos horarios y la línea internacional de cambio de fecha.
El esperado viaje para ver a los Kansas City Chiefs, el equipo de Kelce, enfrentarse a los San Francisco 49ers ha capturado la imaginación del público durante semanas. La incógnita persiste: ¿Logrará llegar a tiempo?
Los reporteros de The Associated Press estuvieron en el aeropuerto de Haneda cuando alguien ingresó al área de abordaje, rodeado de paraguas negros y vehículos que obstruían la vista, manteniendo en secreto los movimientos de Swift.
En el concierto, la influencia de la relación entre Swift y Kelce fue evidente, con fanáticos vistiendo tanto prendas de la estrella pop como del jugador de fútbol americano. La canción “Romeo, llévame a algún lugar donde podamos estar solos” resonaba mientras Swift emprendía su viaje hacia Las Vegas, donde millones de ojos estarían puestos en ella, si es que logra llegar.
El seguimiento mundial de los viajes de Swift ha sido intenso, desde el rastreo de su jet hasta las críticas por sus emisiones de carbono. Incluso los diplomáticos japoneses han intervenido, especulando sobre su llegada al Super Bowl con referencias a sus propias canciones.
A pesar de las críticas, los fanáticos como Hitomi Takahashi defienden a Swift, argumentando que ella está simplemente cumpliendo con sus compromisos laborales como cualquier otra persona.
Desde los Grammy hasta los escenarios de Tokio y ahora un viaje apresurado hacia Las Vegas, la agenda de Swift esta semana ha sido un caos controlado. ¿Logrará llegar a tiempo para el Super Bowl y continuar su gira mundial? Solo el tiempo lo dirá.
