Por: Andrés Timoteo / columnista
‘TAPADERA’ PURIFICADA
Con ese pragmatismo galopante que, para sorpresa de sus seguidores pensantes -no los ‘chairos’ fanáticos-, está mostrando el próximo presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, el fin de semana se reunió con el que fuera uno de sus rivales en la contienda pasada, el priista José Antonio Meade Kuribreña, lo que desató la primera tormenta en las redes sociales para el tabasqueño donde le mostraron la repulsa por tal acercamiento.
Entre los pilares de apoyo de López Obrador en estos últimos años y principalmente durante la campaña electoral destacan los activistas en las Redes Sociales que se encargaron de difundir sus propuestas, defenderlo de los ataques, desmentir a sus opositores y claro, llamar al voto masivo para llevarlo a Los Pinos. Sin embargo, hasta las mismas redes se agitaron con la reunión que sostuvo con el tecnócrata Meade.
Lo anterior no solo porque el exsecretario de Hacienda se pasó los tres meses de campaña insultando al tabasqueño sino porque es uno de los representantes más genuinos de los “voraces que se robaron el País”, según los propios dichos de López Obrador. En los mentideros políticos corre la versión de que Meade se incorporará al gobierno de López Obrador -sumando así tres sexenios en cargos burocráticos de alto nivel- como gobernador del Banco de México (Banxico).
Se maneja que, al actual titular del organismo, Alejandro Díaz de León, se le ofrecerá una embajada para colocar al excandidato priista. Hay que recordar que Meade iba a ser nombrado en ese cargo a principios de año, pero desde Palacio Nacional se decidió para que fuera candidato presidencial del tricolor. Ahora, al parecer se reacomodarán las cosas para darle cabida en Banxico, aunque otros manejan que podría ser incluido en el organigrama de la Secretaría de Hacienda por la “experiencia” en el área financiera.
El encuentro López Obrador-Meade parece confirmar la especulación de un pacto entre el tabasqueño y el grupo del poder, el salinismo, vía el todavía presidente Enrique Peña Nieto y lo más insultante para los que creyeron en el proyecto lopezobradorista es que el mandatario electo haya definido a Meade Kuribreña como “una persona decente, buena y honorable” tras dicha reunión.
Algunos dirán que es diplomacia política, pero más bien es incongruencia porque súbitamente el tabasqueño olvida -y pretende borrar- todos los casos de corrupción en los que Meade está involucrado como la famosa “Estafa maestra” en la que miles de millones de pesos fueron desviados por medio de empresas fantasmas en secretarías del Gobierno Federal y el trasiego de dinero público a las campañas electorales del 2016 en el cual está involucrado el exdirigente nacional del tricolor, Manlio Fabio Beltrones.
También el robo descarado cometido por la extitular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) y actual responsable de la de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), Rosario Robles, y por supuesto, del saqueo financiero de recursos federales cometido por Javier Duarte de Ochoa, así como otros gobernadores priistas a los que Meade encubrió desde su posición en la SHCP. Ahora Meade es un hombre probo.
El caso es hilarante pues la ‘tapadera’ de la corrupción en el presente sexenio quedó purificada por obra y gracia del caudillo tabasqueño, quien se olvidó que apenas hace poco calificaba a ese personaje como parte de los “cochinos, puercos, marranos, cerdos” de la ‘mafia del poder’. Golpe a la chairada crédula, pues.
NAHALAZO
A lo anterior se suma una especie de espaldarazo disfrazado que la zacatecana Rocío Nahle, próxima secretaria de Energía, dio al líder charro Carlos Romero Deschamps, secretario general del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) y uno de los iconos de la corrupción en las últimas tres décadas.
Pese a ser un pillo, Romero Deschamps no será investigado ni castigado judicialmente por sus delitos. “No habrá Quinazo” dijo Nahle García en referencia a Joaquín Hernández Galicia, apodado “La Quina” quien era líder del mismo sindicato y que fue destituido del gremio y encarcelado en enero de 1989 por el presidente Carlos Salinas de Gortari, a dos meses de tomar posesión.
De paso, la senadora electa les transfirió a los propios trabajadores petroleros la responsabilidad de actuar contra Romero y en su caso destituirlo. “Los trabajadores tienen que resolver cual es la situación del sindicato y ojalá ellos resuelvan su situación”, dijo lavándose las manos. Con ese ‘Nahlazo a los disidentes petroleros que votaron por Morena, Romero Deschamps continuará en el poder gremial pues es casi imposible que sus agremiados lo defenestren.
¿Qué dirán los miles de sindicalistas que apoyaron a López Obrador, ahora que éste tolerará y conviviría con otro de los personajes mega-corruptos del rancio priismo?, ¿Qué pensarán los trabajadores petroleros que fueron despedidos y violentados en sus derechos laborales a los que el sindicato no solo desamparó sino persiguió? Vaya, los que creyeron que la democracia también llegaría al sindicalismo se están llevando una decepción antes de tiempo.
LA BUENA PARADOJA
En el tema poselectoral, las dirigencias de los partidos Encuentro Social (PES) y Nueva Alianza (Panal) tratan de seguir vigentes en el espectro político del País usando estratagemas legaloides, pero al parecer éstas no les alcanzará para cumplir dicho objetivo. La Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) desechó el recuento y anulación de los votos emitidos el pasado 01 de julio que pidieron los líderes de ambos partidos.
Ambos no alcanzaron el 3 por ciento de la votación total emitida hace un mes, ni en la presidencial ni en la de diputados o senadores, y por ello sus dirigencias presentaron impugnaciones ante el Poder Judicial para que ordenara el recuento de sufragios en los 300 distritos electorales y de paso, exigir que se anularan los votos que fueron emitidos a favor del candidato “independiente” Jaime Rodríguez Calderón.
Con eso, buscaban cuadrar los números para subir al menos cinco décimas a fin lograr -en la mesa y no en las urnas- el anhelado porcentaje que los hiciera conservar el registro como partidos políticos nacionales, pero los magistrados detuvieron tal pretensión y con el fallo emitido se hará efectiva la decisión del Instituto Nacional Electoral (INE) para proceder a la liquidación de los dos partidos.
Lo anterior es una buena noticia, adicional a la del cambio político decidido en la elección presidencial, porque los mexicanos optaron por deshacerse de esas dos rémoras que consumía recursos públicos y no eran más que meras franquicias electorales. El PES tendrá diputados y senadores -incluidos legisladores locales en el congreso veracruzano-, pero ya no existirá más.
Seguramente los “pesistas” que hayan logrado cargos de representación popular terminarán brincando al Movimiento Regeneración Nacional (Morena) o al Partido del Trabajo (PT) sus aliados en la pasada contienda. El PES nació como un partido político local en Baja California y en el 2014 logró el registro como partido político nacional, es decir que su vida política fue de apenas 4 años.
Lo que son las cosas, el PES, un partido de corte confesional que comulgó muy bien con el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, no pudo ser salvado por la magia pejista que en muchas partes del país hizo ganadores a personajes que no inspiraban el menor pronóstico positivo. Es de las paradojas -de las buenas para el pueblo mexicano- que ocurrieron el primero de julio.
A nivel estatal, como ya se dijo, el PES tendrá 5 diputados que nadie dude que terminarán militando en Morena, entre ellos el que era su dirigente estatal, Gonzalo Guízar Valladares, quien ganó la elección en el distrito 30 con cabecera en Coatzacoalcos. No es algo definitivo sino temporal, pero bueno al final de cuentas, que Guízar Valladares, que ha saltado del PRI al PAN, luego al PES y ahora a Morena, se le acabó el negocio de la franquicia electoral
También en la paradoja buena que trajo la elección reciente es la extinción del Panal, partido creado para institucionalizar el uso electoral del magisterio. En el 2005, la entonces poderosa dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo, gestionó el registro de ese partido político para que los maestros del País se convirtieran en operadores electorales y muchos de ellos terminaron como verdaderos “mapaches”.
El Panal fue un claro ejemplo del pragmatismo electoral pues lo mismo se alió con el PAN que con el PRI y el PVEM. Gordillo Morales sacó raja política y económica del mismo mientras estuvo al frente del SNTE, hasta el 2013, pero sus sucesores hicieron lo mismo, aunque la influencia de Nueva Alianza menguó y en la elección pasada apenas si logró 2.35 por ciento de los votos.
La disolución del Panal es indudablemente un signo de la decadencia política de Elba Esther Gordillo, no importa que ahora con el gobierno de Morena ella recupere algunos cotos de poder en el magisterio como se anticipa. En Veracruz el Panal nunca tuvo una fuerza real y luego de que la familia del huatusqueño Rafael Ochoa Guzmán, exsecretario general del SNTE y personero de Elba Esther Gordillo, se hizo a un lado de la dirigencia estatal el partido se desfiguró aún más terminando en la ignominia pues se entregó totalmente al exgobernador Javier Duarte.
La muestra de eso es que su figura más representativa en la actualidad es el diputado local, Vicente Benítez González, quien fue tesorero de Duarte y es uno de los ladrones más contumaces del erario estatal. Benítez, quien no es profesor -pero si maestro en latrocinios- terminó como dueño de las decisiones en el Panal y único representante de éste en el congreso local. Toda una vergüenza.
En la elección estatal el Panal apenas si acopió 36 mil votos y no ganó ni un solo distrito. A diferencia del PES no tendrá ningún diputado en la próxima legislatura veracruzana y quedará borrado del mapa político de la entidad. Tal es el saldo bondadoso de la elección del primero de julio: enviar a los partidos-rémora al basurero de la historia.