Enero despunta con un panorama informativo abultado e intenso, como chocolate caliente.
Para poder entender lo que pasa es necesario poner las cosas en su justa dimensión, ya que muchas veces el exceso informativo provoca lo opuesto: la desinformación.
Aperitivo: caso Tamayo
Escucho narraciones épicas del caso de este hombre oriundo del estado de Morelos, acusado de asesinar a un policía en el año de 1994 y recientemente ejecutado en la prisión de Huntsville, Texas.
Acepto incluso que yo mismo me he dejado llevar por la emoción.
No obstante, es necesario poner las cosas en su justa dimensión, ya que he escuchado, leído y visto conceptos aterradores que se asemejan más a fanatismo que a una pausada reflexión.
Más allá del propio Tamayo, les invito a considerar las siguientes reflexiones que buscan poner puntos sobre las íes:
En primer lugar, debo precisar con claridad mi absoluta oposición a la pena de muerte. Su sola aplicación es una violación inadmisible a los más elementales derechos y libertades fundamentales del hombre. Es antesala a la barbarie.
¿Quién podría tener el derecho de arrebatarle la vida a una persona? Francia condenó la ejecución y propuso que la pena de muerte debe ser abolida de todos los países firmantes de la Convención de Viena. Suscribo.
De hecho, se debería abolir en todos los países.
Seguidamente, mucho llama la atención que Estados Unidos, el ya subrayado país más poderoso del mundo, no pueda cumplir sus obligaciones internacionales.
El gobierno que encabeza Barack Obama, vía el propio secretario de Estado, John Kerry, solicitó al gobierno de Texas reconsiderara el caso para reponer vicios en el juicio.
Texas y su gobernador hicieron caso omiso.
EU firmó la Convención Internacional de Viena sobre Relaciones Consulares, misma que garantiza el acceso y la asistencia consular a ciudadanos arrestados o detenidos por gobiernos extranjeros. Y Texas, estado parte de la Unión Americana, se la pasó por el arco del triunfo. Así, olímpicamente.
Conclusión: el Congreso de EU necesita urgentemente legislar preceptos que obliguen a sus estados a cumplir las obligaciones internacionales del país. Si no, acabará siendo irrelevante firmar acuerdos internacionales con EU.
Finalmente, nadie solicitó reconocimiento de inocencia. Ni el gobierno de México ni los colectivos hispanos ni de derechos humanos, ni organizaciones internacionales ni el mismísimo gobierno de EU.
Todos solicitaron una reconsideración del caso para poder reponer el juicio, en virtud de una flagrante violación a los derechos consulares del acusado. Eso no quiere decir inocencia.
Como dije, me opongo rotundamente a la pena de muerte y más a las prácticas que considero crueles y degradantes, como pasar 20 años en el corredor de la muerte, o que te torturen poniéndote en la plancha de la ejecución y que en ese momento hablen para aplazar tu agonía otras tres horitas, mientras los invitados a ambos lados de la cámara de ejecuciones (en la mayoría de los casos, incluye a las familias de los reos) observan tu sufrimiento.
No obstante, el hombre era culpable de asesinato. Una cosa es que luchemos por civilizarnos y otra cosa es que le reciban como un héroe.
No lo es. Al menos legalmente, porque no se pudo probar lo contrario en 20 años, es un asesino. Punto.
Tamaño caso.
Piatto forte: tamaño caso
Allá, en Davos, Suiza, en el marco del Foro Económico Mundial, foro inigualable para poder mostrar al mundo lo que se hace en el país, el presidente Peña finalmente habló de la seguridad. Admitió la presencia de grupos de autodefensa “genuinos”, a quienes invitó a unirse a las fuerzas del orden, mientras explicaba la presencia del gobierno federal en Michoacán.
Más relevante me parece destacar que en 2016, México contará con un nuevo sistema de justicia penal.
Éste gravitará alrededor de los juicios orales. Eso será un real parteaguas en el país para restablecer un Estado de derecho auténtico.
Sin embargo, el desafío de hoy se llama Michoacán. En esto, cualquiera que sea la multicitada “estrategia”, tendrá que escalar bajo la óptica de que el desafío no es ya de seguridad pública, sino de seguridad nacional.
No hace falta abundar en sesudos análisis. Basta observar, por ejemplo, los sistemas de logística que emplean Los Caballeros Templarios para poder no sólo llevar droga a EU, sino también ¡exportar fierro al lejano Oriente con la mafia china!
Su presencia en casi todos los sectores productivos de Michoacán: testimonios desgarradores de cómo toman el control de los limones, de los aguacates, de las guayabas, de las minas.
Bueno, para no ir más lejos, armas de todo calibre y sofisticación llegan a Michoacán de EU, Europa y China.
La PGR parece tener evidencia sólida de armamento sofisticado, como lanza misiles AT-4, capaces de neutralizar hasta tanques de guerra que usa… ¡la OTAN!
Lo dicho: Michoacán es un caso de seguridad nacional y ahí se juega el sexenio.
Tamaño caso.
Dolce: PAN (con lo mismo)
Según todas las encuestas, Josefina Vázquez Mota se lleva de calle a todos los que suspiran acceder a la presidencia blanquiazul ¿A qué esperan?
Que alguien los pacifique.
Café con crema, por si las dudas.