El pasado domingo, SpaceX alcanzó un importante logro en su misión por hacer sus lanzamientos más eficientes y sostenibles. Durante un vuelo de prueba, la compañía de Elon Musk logró capturar el propulsor Super Heavy de su megacohete Starship mediante un sistema de brazos mecánicos, conocidos como “los palillos”. Este avance marca un paso clave hacia la reutilización total de cohetes, lo que podría revolucionar la industria espacial.
El vuelo de prueba duró aproximadamente nueve minutos, tiempo en el cual Super Heavy se separó de la nave Starship, propulsándola con sus 33 motores, antes de regresar a la plataforma de lanzamiento en Texas. Al acercarse, los brazos mecánicos de la torre de lanzamiento se cerraron sobre el propulsor, logrando inmovilizarlo sin tocar el suelo. El éxito de esta maniobra refuerza la visión de SpaceX de realizar lanzamientos más rápidos y a menor costo.
La nave Starship está siendo desarrollada para misiones a gran escala, con la ambición de llevar a astronautas a la Luna y, eventualmente, colonizar Marte. De hecho, este proyecto es seguido muy de cerca por la NASA, que tiene planes de utilizar esta nave en futuras misiones lunares.
A pesar del avance, SpaceX ha enfrentado controversias, tanto por la lentitud en las autorizaciones de vuelo de la Administración Federal de Aviación (FAA) como por el impacto ambiental de sus lanzamientos. Varios grupos ecologistas han denunciado los efectos negativos sobre especies protegidas cercanas a la base de lanzamiento. Además, SpaceX introdujo un sistema para controlar la destrucción causada en su plataforma tras su primer lanzamiento en abril de 2023.
Este quinto vuelo de prueba del Starship, previsto para las 07:25 (hora local), es un paso más en la dirección de reutilizar todas las partes del cohete y allanar el camino para la futura colonización espacial.
