Si Portilla fuera honesto, a Barquet no le quedaría otra que también serlo.
Y en Córdoba tendríamos el equipo necesario y profesional, para realizar este tipo de trabajo con estos agentes de Tránsito, ¡sin estar exponiendo sus vidas!
Pero mientras el pueblo acepte que le sigan robando, ¡los politiquillos lo seguirán haciendo!