ORIZABA.- De acuerdo con la Fundación de Niños Robados y Desaparecidos, al menos en seis de cada 10 casos registrados éstos derivan de sustracción provocada por familiares y en menor proporción los menores desaparecen voluntariamente a consecuencia de maltrato familiar.
El delegado estatal de esta institución, Víctor Arturo Gutiérrez Romero, lamentó que en muchos casos los conflictos familiares busquen hacer estadística alarmista en la sociedad reportando la desaparición de los infantes.
Aunque siempre se recomienda inculcar en sus hijos una cultura de prevención y cuidado, además de mantener con ellos comunicación constante, muchos padres de familia admiten que la desaparición o el reporte por el presunto robo de sus hijos ha estado ligado a la mala relación familiar o conflictos del mismo orden, específicamente.
Por desgracia, esa realidad hace más vulnerables a los menores de edad que literalmente pueden ser “enganchados” por medio de las redes sociales y llevados con engaños lejos de su núcleo familiar.
En todos los casos la preocupación es mayúscula porque han desaparecido y de inmediato surgen las interrogantes básicas de quién se los ha llevado o qué paradero tendrán.