Córdoba.- Muchos munícipes gastan millonadas en festejos para inaugurar las obras, -es como si el contador de una empresa también invitara a todos los empleados a aplaudirle cada que termina de hacer los estados financieros-, así actúan la mayoría de nuestros empleados esos que nos gobiernan, como reza el refrán: “No tiene la culpa el indio sino el que lo hace compadre”, ya que los ciudadanos no se dan cuenta que todas esas obras que inauguran (gastando en la misma inauguración dinero para acarrear a todo el personal, perdiendo el tiempo en venir a aplaudirle al Alcalde inaugurado a veces hasta una “banqueta”)
Todas las obras en las que se toman fotos, cortan listones y pagan para que los publiciten, no son hechas con dinero de esos políticos ¡ególatras!, sino con dinero de nuestros impuestos y hasta sus festejos les pagamos, los ciudadanos al no darse cuenta de esto hasta les aplauden y ya casi le besan la mano porque les hacen un parque… De todo el que preside un puesto público pagado con recursos públicos, esa es su obligación y su trabajo para eso les pagamos y muy bien.
La fiebre de las inauguraciones se dio con especial cinismo en los últimos meses de Portilla el alcahuete de Lavín quien quería la diputación local y a quien ni tanta inauguración le sirvió para ganar ya que el hartazgo de la gente rebasó todo lo que ese alcahuete hubiera podido festejar, ¡es el Despilfarro la palabra correcta! y lo que nos traduce a esta falta de valores tan grave que los llevó a la pésima costumbre en la mayoría de los políticos de tirar el dinero celebrando cada obra concluida y a veces hasta sin concluir, lo hacen con recursos que bien pudieran ser utilizados para iniciar otra obra, pero la gente va y les aplaude como foca sin saber que todo eso es hecho con el dinero que pagan de sus impuestos.
El Buen Tono