Por:Andrés Timoteo / columnista
SON 133 MENOS
Las mujeres son protagonistas, en estos días, de México y Veracruz. Sus estadísticas generan campanadas de alerta y también de sepelios. Veracruz no ha descendido del medallero nacional de sangre y sigue ocupando el primer lugar en feminicidios con 131 de acuerdo con el reporte más reciente del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
A esa cifra habrá que sumarle los tres feminicidios de las últimas horas, uno en Córdoba –la ciudad siempre en la numeralía de la tragedia- y otro en el puerto de Veracruz y otro más en San Andrés Tuxtla. Los tres con demasiada sevicia -desaparecidas la víspera, ahorcadas, acuchilladas, molidas a golpes, despedazadas y arrojadas en la vía pública o en parajes como si fueran basura- y representativos de lo que son los asesinatos de mujeres en una entidad que pareciera tierra de nadie.
Ahora ya son 133 mujeres menos en la entidad. Claro, ese es el dato oficial porque según el recuento de la prensa ya se estaría por los 200 feminicidios desde diciembre a la fecha. De la estadística estatal no se sabe nada ya que desde que removieron al fiscal Jorge Winckler, el pasado 3 de septiembre, la nueva encargada de despacho, Verónica Hernández, se ha negado a informar sobre el índice delictivo.
Esto como una maniobra para minimizar estadísticas y tratar de aminorar la percepción sobre un estado sin Ley. Así, nada detiene a los feminicidas que se saben impunes y diezman la población femenina con toda libertad pues no hay prevención y mucho menos acciones legales para castigar sus crímenes. No funcionan los protocolos de Alerta por Violencia de Género, la Secretaría de Seguridad Pública es omisa y el trabajo de los institutos de mujeres ha fracasado.
A lo anterior se adiciona la impunidad ministerial y judicial pues si con el defenestrado fiscal del estado se quejaban de la inoperancia de la fiscalía ahora su sustituta la cosa está peor. Ni la famosa sororidad -solidaridad entre mujeres- despabila a la funcionaria encargada de despacho de la Fiscalía General para atender la catástrofe femenina.
Entonces, Veracruz sigue a la cabeza de las entidades que son mortales para las mujeres, por arriba del Estado de México, Nuevo León, Ciudad de México, Jalisco y Chiapas donde se concentra la mayoría de los feminicidios en lo que va del año. Los estudiosos del fenómeno dan una definición terrorífica de la situación: hoy en día ser mujer en Veracruz es estar en riesgo permanente.
EL MAL EJEMPLO
Hablando de mujeres, pero en cuestiones más mundanas y pecaminosas, a la señora Delia González Cobos la designaron como nueva titular del Órgano de Fiscalización Superior (Orfis) pese a estar llena de cuestionamientos y carente de legitimidad. Es cierto, es la primera mujer en ocupar ese cargo, pero también es un mal ejemplo del empoderamiento de la mujer y deja mal parado a su género porque llegó por las malas y con mala reputación.
González Cobos, electa la semana pasada por la mayoría en el Congreso Local cuenta con legalidad, pero no con legitimidad. Por su historial personal no debería estar en el cargo. Está ligada al Movimiento Regeneración Nacional (Morena) del que fue representante ante los órganos electorales lo que la invalida como auditora imparcial y apartidista. Además, entre el 2015 y 2016 obtuvo ingresos indebidos por casi un millón de pesos cuando estaba en el consejo general del Órgano Local Electoral (OPLE) en esta entidad.
Los cobros indebidos ocasionaron un escándalo y el partido Morena tuvo que sustituirla. Solo para mesurar su fama de chanchullera hay que recordar que, en el mismo Morena, los jocosos modificaron los apellidos de la señora González Cobos para llamarla “Goza-los Cobros”. Ahora ella estará a cargo de fiscalizar los entes de gobierno para que no haya cobros ilegales, ¿no es una ironía?
Por supuesto, González Cobros llega al Orfis con la encomienda de hacer lo mismo que su antecesor: cuidarle las espaladas a los funcionarios en el poder y perseguir a los que son de oposición. Nada nuevo bajo el sol ¿Qué ira contra alcaldes panistas, priistas y perredistas? Desde luego, pero a los que están con los nervios de punta hay que recordarles que existe un antídoto contra ella: la caja de cristal.
Si los ediles, especialmente los de oposición, manejan con honestidad, legalidad y transparencia los recursos públicos nada deberían temer y la ‘cacería de brujas’ que seguramente emprenderá la nueva auditora será fácil de contrarrestar, pero si son unos pillos tendrán bien ganada la persecución. No más, no menos.