Córdoba.- Los asesinatos, secuestros, robos, y la propia corrupción, son enemigos de la familia. Es necesario desarrollar un México y un mundo libres de estos males, dijo el obispo de la Diócesis de Córdoba, Eduardo Patiño Leal, tras celebrar el encuentro de grupos de Defensores de la Familia.
Reiteró que una de las principales peticiones que se hicieron es que cada familia pueda gozar de la bendición de un País libre de la violencia.
Sin embargo, para ello se tiene que considerar el trabajo de cada sector, pues también hay que vigilar desde el interior de cada núcleo que se vivan los valores de la fe, el amor a Dios y al prójimo.
Insistió en la necesidad de respetar a la familia como una célula inicial y fundamental de la sociedad que requiere de apoyo y fortaleza, al considerar que si ésta falta, no serían suficientes ni los hospitales ni las guarderías para poder atender las necesidades, principalmente porque una familia ayuda a solucionar más del 80 por ciento de los problemas de una persona.
Lamentó que pese a la importancia de la familia, se estén resquebrajando los valores por causas como la injusticia y corrupción que se ha dado en niveles inimaginables, cuya malversación de fondos públicos impiden contar con buenas escuelas, hospitales y servicios de atención al núcleo de la sociedad, lo que deteriora su unidad, y sobre todo cuando estos factores orillan a la migración.