Nogales.- Ser madre es un privilegio y responsabilidad que llena de satisfacciones, enojo, estrés y alegría a las mujeres que tienen la dicha de dar vida, pero en ocasiones cuando llegan a la tercera edad, se convierten en una carga para sus hijos, como es el caso de María Ixmatlahua, que a sus 80 años debe buscar su sustento.
Ella es originaria de Necoxtla, municipio de Ciudad Mendoza, pero todos los días baja de su comunidad a la ciudad para recorrer las calles y pedir a los transeúntes una moneda que le permita sufragar sus gastos elementales.
“Recorro unos 20 kilómetros sin importar la temperatura, tengo necesidad de hacerlo porque mis siete hijos se fueron de mi lado apenas alcanzaron la mayoría de edad, y no sé dónde están”, manifestó.
Ayer, sin importar que fuera 10 de mayo, Día de las Madres, ella cumplió con su jornada diaria desde temprano y siguió por varias horas a pesar del Sol intenso que se registró.
Indicó que necesita reunir al día como mínimo 20 pesos para comprar tortillas y algún alimento que le permita subsistir.
Destacó que carece de ayuda del Gobierno del Estado o Federal, no está inscrita en ningún programa social y vive de la caridad pública.
Añadió que algunas personas le regalan monedas, otras comida con las que se alimenta, aunque algunas veces se encuentra con ciudadanos que descienden de la banqueta para no toparse con ella.
Precisó que hasta ahora nunca le ha faltado comida, “gracias a Dios que me ayuda siempre”.
En relación con sus hijos, respondió que desde que se fueron de su casa hace muchos años, a la fecha nada sabe de ellos.
Hizo notar que quienes más la ayudan son los comerciantes de comida que se instalan en el atrio de la parroquia de Santa Rosa de Lima, porque de la iglesia no obtiene nada.
