De la redacción
el buen tono
Fortín.- Debido al aumento desmedido de vendedores ambulantes en las inmediaciones de los tianguis, se ha exacerbado una problemática con la colusión de las autoridades, encabezadas por el presidente municipal, Gerardo Rosales.
La entrada al municipio, especialmente en la división Córdoba – Fortín, a la altura de Brillante Crucero, se ha convertido en un verdadero caos que miles de ciudadanos tienen que vivir cada miércoles, y que complica el acceso tanto para los residentes como para los visitantes.
La invasión de los vendedores ambulantes, quienes anteriormente se ubicaban en las banquetas, ahora se ha extendido a los tramos de la cinta de rodamiento. Esta ocupación indebida ha generado serios problemas de tráfico, convirtiendo la salida de Fortín hacia Córdoba en un martirio para los conductores.
Los ciudadanos han expresado su frustración y descontento ante la falta de acción por parte de las autoridades municipales, en especial de la dirección de comercio de Fortín, que ha mostrado una actitud indiferente frente a esta problemática. A pesar de las evidentes complicaciones, el alcalde Rosales Victoria ha permitido que la situación se mantenga sin ningún tipo de intervención, convirtiéndose en una bomba de tiempo, ya que es cuestión de tiempo para que ocurra un accidente en la zona.
La corrupción existente recae no solo en el presidente municipal, sino también en el titular de desarrollo económico, Ernesto Arteaga Quevedo, a quien se le acusa de negligencia e ineptitud al no tomar medidas para regular y reubicar a los vendedores ambulantes. Este solapamiento por parte del municipio ha llevado a una creciente molestia entre los habitantes, quienes exigen una pronta solución a este caos vial y la recuperación de la fluidez en las principales arterias de Fortín.
