Los maestros de la CNTE, entreverados muchos del SNTE, mantienen un plantón en el Zócalo desde el pasado 19 de agosto en repudio a las reformas secundarias a la Ley General de Educación que este 10 de septiembre promulgó el presidente Enrique Peña Nieto, al tiempo que solicitó el apoyo a los 31 gobernadores y del jefe de gobierno del Distrito Federal para que esta reforma sea una realidad, pues refrendó que no habrá marcha atrás sino que se debe avanzar con mayor celeridad, por lo que instruyó al titular de la SEP, Emilio Chuayffet Chemor, a seguir adelante con esto….
A los efectos de reforma educativa se agregan los de la iniciativa de reforma hacendaría propuesta por el Ejecutivo federal, que golpea principalmente a la clase media -que es la que más impuestos paga en el país- al gravar con IVA las colegiaturas, las hipotecas y la compra de vivienda; subir la tarifa más alta del ISR de personas físicas de 30% a 32% con ingresos gravables superiores a 500,000 pesos anuales, entre otras. Sin embargo, faltan medidas serias para incorporar al fisco a los informales que representan el 60% de la mano de obra y un tercio de la economía.
La falacia del Gobierno federal de no aplicar el IVA a alimentos y medicinas es el guiño a los grandes consumidores y productores quienes son realmente los beneficiados. Lo único que hay que aplaudir es la propuesta de desaparecer el IETU en los depósitos en efectivo, porque si bien cumplía una función recaudatoria, complicaba la labor de las empresas más que prevenir el lavado de dinero. Esta iniciativa fiscal, que tiene puntos tambaleantes, está vinculada a la discusión presupuestal en el Congreso donde está en proceso de aprobación la reforma energética y aún falta la reforma política.
Con este telón de fondo reapareció Andrés Manuel López Obrador el 8 de septiembre acompañado de miles de simpatizantes que abarrotaron la gran avenida Juárez para convocar a la movilización en defensa del petróleo y la economía popular. El actual presidente del Consejo Nacional del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) definió las primeras medidas de un plan de acción: el día 15 de este mes, asambleas informativas en todos los municipios y explanadas delegacionales del país y, el domingo 22, una “gran marcha nacional” del Ángel de la Independencia al Zócalo, donde se anunciarán nuevas movilizaciones.
El inolvidable maestro de periodismo informativo Alfonso Valencia nos decía, que todo se repite y se recicla, sólo cambian fechas y nombres… y tenía razón. A mediados de agosto de 1992 la Ciudad de México fue caja de resonancia de la inconformidad social en el país, igual que hoy, miembros de diversas organizaciones salieron a la calle a exigir a las autoridades solución a sus problemas.
La revista Proceso que dirigía Julio Scherer consignó que petroleros, estudiantes, campesinos, pescadores, colonos, sindicatos de distintos puntos del país y de la capital realizaron por separado, marchas y plantones que terminaron en el Zócalo, lo que provocó la molestia del sector privado quien demandó al gobierno capitalino que se reglamentara el derecho a manifestarse en la vía pública.
Entonces, era presidente de la República Carlos Salinas de Gortari (iba en su cuarto año de gobierno) y tenía como Jefe del gobierno del Distrito Federal el actual senador por el PRD Manuel Camacho Solís, quien era su dilecto amigo y un firme prospecto para sucederlo en 1994.
El martes 18 de agosto de ese año, militantes del Movimiento Proletario Independiente chocaron violentamente con granaderos que intentaban detener su paso del Zócalo hacia la Residencia Oficial de los Pinos, resultando heridos 33 elementos de la Secretaría de Protección y Vialidad, así como dos mujeres manifestantes.
Los incidentes generados por grupos que permanecían por más de 20 días en plantón en el Zócalo capitalino realizando marchas y mítines, sumados a las críticas de parte de todos los sectores de la sociedad destacados en los medios de comunicación, orillaron al regente Manuel Camacho Solís a declarar cuidadosamente el jueves 20 de agosto que el gobierno de la ciudad respetaría en todo momento las libertades constitucionales, pero advirtió también que cuando se rompiera el orden legal se actuaría con energía y añadió. “Mientras la gente respete el derecho y busque la solución pacífica de sus problemas, nosotros la respetaremos. Si hay alguna causa de fuerza mayor que en un momento llevara a una posición distinta, con la misma limpieza y con la misma autoridad hablaríamos y les haríamos un planteamiento”.
Ese planteamiento sería la oferta de reubicarlos momentáneamente en otra plaza pública o en un campamento provisional. Esto siempre y cuando su situación no se arreglara antes del 15 de septiembre.
En aquellas fechas, los manifestantes no estaban dispuestos a abandonar la Plaza de la Constitución a menos que el gobierno respondiera formalmente a las demandas planteadas por un millar de manifestantes unidos por sus lugares de origen: Tabasco, Veracruz y Sonora donde no encontraron disposición de parte de los gobiernos estatales para atender sus reclamos y por esa razón llegaron al Centro del país para invadir tres cuartas partes de la explanada del Zócalo con improvisadas tiendas de campaña y lonas, mientras otros pernoctaban a la intemperie en los portales del recién rediseñado edificio del DDF. Los rijosos petroleros comandados por el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador advirtieron ante una hechiza torre de perforación con la bandera nacional en lo alto: “no pretendemos estar aquí el día 15 de septiembre, pero si no tenemos una respuesta favorable no tendremos otra alternativa que permanecer en el Zócalo: la lucha no tiene fin”.
Ricardo Alemán en su columna Itinerario Político firmada el 29 de octubre de 2008, titulada ¿Y los 9 mil millones, Andrés? refiere que son firmes las pruebas de que en 1992 el representante de la “honestidad valiente”, Andrés Manuel López Obrador recibió 9 mil millones de pesos de parte del gobierno de Carlos Salinas a cambio de retirar un plantón del Zócalo.
En su sesión del 11 de febrero de 2004, en la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, el senador tabasqueño por el PAN Juan Rodríguez Prats y el diputado (ya del PRD) Manuel Camacho Solís protagonizaron un peculiar debate donde se cuestionó con severidad la ausencia de transparencia en el GDF -con López Obrador al frente-, lo que motivó un “raspón” al ex regente del salinismo, Manuel Camacho, quien defendía su relación con AMLO. En esas andaban cuando Rodríguez Prats interpeló a Camacho Solís:
“Señor diputado, conteste nada más sí o no… en 1992 proporcionó usted 9 mil millones de viejos pesos, 9 millones de pesos de ahora, a Andrés Manuel López Obrador para desalojar el Zócalo”.
Camacho trastabilló, defendió la honradez de su regencia y soltó: “No le entregué yo a López Obrador ningún recurso; lo que hizo el gobierno de la República fue cumplir con compromisos que estaban establecidos y, eso sí, con el visto bueno del resto de las secretarías que tenían intervención en esos asuntos. No fue una decisión del jefe del Departamento del DF, se cubrieron las indemnizaciones correspondientes a trabajadores que tenían derechos laborales y que Pemex estaba obligado, de acuerdo con el criterio del secretario del Trabajo, en esa época, Arsenio Farell”.
El investigador George W. Grayson aborda este asunto en su libro “El Mesías mexicano” señalando que además de proporcionar a los manifestantes baños portátiles, agua potable y otros servicios de primera necesidad, el político tabasqueño Rafael López Cruz confirmó que el regente Camacho Solís le dio a López Obrador la generosa suma de 80 mil millones de pesos para que retirara a los manifestantes del Zócalo. El gobierno también puso a su disposición 200 autobuses para transportar a los tabasqueños a sus casas. Camacho subrayó que sostuvo conversaciones con López Obrador, Gutiérrez Barrios, Arturo Núñez (entonces subsecretario priista en SEGOB y hoy gobernador de Tabasco por el PRD) al analizar el conflicto concluyó que “vista de la probabilidad de que López Obrador y los manifestantes tuvieran la oportunidad de recibir indemnización de los tribunales, todos estuvimos de acuerdo en que era mejor proporcionarles fondos con los cuáles dispersaran su demostración y regresaran a casa”.
Grayson describe que cuando los partidarios de López Obrador regresaron a Villahermosa, se propagó la noticia de que el entonces presidente del PRD estatal González Ballina, tenía una montaña de dinero para distribuirlo entre aquellos que habían protestado en la capital del país.
Esa movilización-plantón del 92, marcó un parteaguas de la negociación política y en el manejo de los medios. Para el anecdotario, queda la reprimenda que el entonces presidente de noticieros y soldado de Televisa, el admirado Jacobo Zabludovsky le propinó a su hijo Abraham (hoy productor de cine, alejado del periodismo) por publicar, el 24 de agosto de 1992, en la portada de su efímera revista llamada Época, un titular con grandes letras:“Ciudad sin Ley”, además agregaba: marchas, plantones y comercio callejero crean caos urbano. Su editorial titulado: “Ciudad sin autoridades” que criticaba duramente al jefe del DDF por permitir los plantones en el Zócalo de la Capital opinaba: “destaca la actitud del jefe del departamento del Distrito Federal quien por la formación persona entre la academia y el partido (PRI) pretende resolver el problema urbano mediante la concertación… Manuel Camacho Solís está dedicado a la especulación política ajeno a un hecho real: los ciudadanos están hartos de que se les complique la vida por la complacencia de Manuel Camacho quien en su deseo de quedar bien con todos acaba mal con la mayoría. No se está en ese puesto para defender principios personales y ganar aliados, sino para servir a la ciudad, cosa que él hace bastante mal..”
El padre, el periodista, Jacobo Zabludovsky comentó comedidamente en el noticiero 24 Horas: “Salió hoy Época como todos los lunes y dedica su portada y el editorial a los actuales problemas de la Ciudad de México; refleja lo que mucha gente piensa y siente. Sin embargo, al observar nuestros problemas capitalinos no debemos perder de vista que la Ciudad de México es la más poblada del mundo; en este valle viven más personas que en toda América Central, donde hay inquietudes, guerrillas, disturbios y brotes de violencia por desigualdades económicas y por rivalidades políticas..
Siguió: “En muy distintos lugares hay ese tipo de inquietudes; qué de raro tiene que en esta ciudad, cuyo aglomeramiento agudiza los conflictos, surjan inquietudes como las que ahora nos preocupan: manifestaciones, campamentos…”
Dijo a cuadro:”Nos hemos sobrepuesto a lo largo de la historia de todas las crisis. Esta actual no llega a crisis. Es un problema, lo solucionaremos y lo remontaremos también, no me cabe la menor duda; no exageremos incidentes que habrán de solucionarse como a lo largo de la historia los hemos venido haciendo los mexicanos”, concluyó al aire el actual columnista de El Universal que al parecer hoy piensa diferente que ayer.
Al respecto, el sagaz Julio Scherer publicó el 7 de septiembre de 1992 en un recuadro de su revista Proceso: “Dos días después del atinado comentario televisivo de Jacobo (el miércoles 26 de agosto), el conductor de “24 horas apareció con el presidente Salinas de Gortari y Manuel Camacho Solís en la Plaza Rio de Janeiro y luego en un restaurante del Barrio de Tepito, al salir el primer mandatario ratificó su confianza en Camacho y en la forma en que gobernaba la capital.
Para redondear la operación, en su número siguiente, el 31 de agosto, “Época” de Abraham Zabludovsky dedicó -por encargo- dos notas a Camacho: una, sobre de la conferencia de prensa en la que el jefe del DDF dijo que “Por instrucciones del Presidente Salinas se respetan marchas y plantones, para cumplir con la Constitución”, y otra con el encabezado: “Camacho Solís, muy eficaz, muy dedicado: Salinas”. Ah.. y con dos fotos en las que estaban juntitos: el Presidente, Camacho y Jacobo. Cualquier parecido es mera coincidencia.