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Sobre la Navidad y el Solsticio de Invierno

Superiberia

Existe abundante información acerca de que en las antiguas culturas que se desarrollaron en el hemisferio norte del planeta, existía la creencia de que durante lo que hoy conocemos como el Solsticio de Invierno -que ronda entre el 20 al 23 de diciembre- el Sol muere para renacer a  la  mañana siguiente.

Lo cierto es que desde hace ya muchas décadas se considera, de acuerdo a explicaciones científicas, que ese día da inicio la estación más fría en estas latitudes; siendo en esa fecha cuando es menor la duración de la luz solar, misma que irá en aumento día con día hasta la llegada de la siguiente primavera con su correspondiente Equinoccio.

Volviendo a los datos con que inicio la nota, resulta sumamente interesante encontrar puntos de coincidencia en los mitos y costumbres de aquellas primeras civilizaciones relacionados con esta temporada, pues en todas ellas se hacían festejos y rituales para celebrar que,  después de “la noche más larga” y a partir de “el día más breve”, irían llegando -poco a poco- otros más luminosos y cálidos. 

Al respecto, algunos estudiosos opinan que incluso al más relevante acontecimiento en la tradición cristiana -la Navidad- se le ubica también alrededor de este evento astronómico por razones similares. Así es que el nacimiento del Mesías conlleva un mensaje lleno de esperanza.

En cuanto a nuestro contexto actual, es obvio que los festejos de Noche Buena no son solamente una celebración religiosa. Incluso podemos decir que, debido al consumismo provocado por la mercadotecnia, se trata más -en realidad-  de un pretexto para asistir debidamente engalanados a “la cena” a socializar y quedar bien;  así como para cumplir con el compromiso del (casi obligado) intercambio de regalos, entre otras cosas.

Pero ¿por qué no echas un vistazo a ese concepto ancestral asociado con el “resurgimiento del astro rey” después de las prolongadas horas de la noche más obscura del año? Si lo piensas bien, se trata de una simbología llena de un profundo significado: Cerrar un círculo para dar inicio a otro.  Como en el mismísimo Ciclo de la Vida: nacemos, vivimos, morimos… para renacer después quizás en otro plano, en otro nivel; tal como lo señalan estos postulados científicos: “Nada se crea ni se pierde, todo se transforma” o “Nada es permanente: la materia se convierte en energía y
viceversa”.

 Pienso que si hacemos conciencia de que nuestra estancia en el mundo es apenas un instante en relación con el “Tiempo Universal”, tal vez podamos darnos cuenta de que, en particular esta señal de la Naturaleza   -el Solsticio de Invierno con sus largas horas de obscuridad que preceden la llegada de días tibios y claros-, se nos presenta para recordarnos que deberíamos  valorar más la vida. Y hasta para honrar a quienes amamos y  ya hemos despedido… con la convicción de que en el interior de nuestro ser (todavía material) habita su energía; mientras intentamos aprender nuevas formas de disfrutar nuestra existencia terrenal, con la esperanza de que lleguemos a encontrarlos nuevamente  para fusionarnos con ellos en la infinita energía del Cosmos.

Y por otra parte, más allá de un ritual tradicional en el que se habla de solamente una “noche de paz”, tal vez podríamos reflexionar acerca de aquellos ideales que formaron parte del anhelo de John Lennon y que describió en su famosa canción:

“Imagina que no hay nada por qué morir o matar/y tampoco religiones/Imagina toda la gente viviendo el hoy/…en paz/Imagínate a toda la gente compartiendo el mundo/…como una hermandad/… sin necesidad de avaricia ni hambre/Puedes decir que soy un soñador/pero no soy el único/Espero que algún día te unas a nosotros/Y el mundo será uno solo/Me pregunto si podrás”.

 

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