La sola pregunta de José Luis Soberanes, otrora ombudsman nacional, sobre el trabajo de las instituciones gubernamentales creadas para proteger los derechos humanos —subsecretarías, subprocuradurías, direcciones— llevaba implícita la respuesta: “¿Qué hacen aparte de cobrar?”.
No necesitaba decir más. El país vive hoy una de sus peores crisis en esa materia. Tlatlaya y Ayotzinapa ilustran nuestra dolorosa realidad. Ejecuciones sumarias, desaparecidos, autoridades coludidas con el crimen organizado, fosas clandestinas.
“El Estado está para proteger la vida de sus ciudadanos. No para matarlos”, remató con incómoda crudeza, el hoy investigador de la UNAM.
El tema no es de ahora. Viene de atrás. La estructura burocrática no sirve de nada. El caso de los desaparecidos, por ejemplo. Fue un compromiso del gobierno desde hace varios meses y no tenemos resultados en lo absoluto, dice.
Paola Barquet y este reportero entrevistamos al extitular de la CNDH.
El hombre dejó en claro que si él fuera senador, votaría en contra de la reelección Raúl Plascencia Villanueva, como
ombudsman.
“Evidentemente ha habido misiones importantes en las cuales debió de haber estado presente la prensa y ya se encargó de señalarlo. Parece ser que le va costar
la reelección.”
Tiene claro que la CNDH tiene que ser proactiva. No esperar a que le lleguen las denuncias.
“En el momento en que tiene noticias de que se violan derechos humanos, tiene que salir, aunque digan a uno que es protagónico”, asevera.
El caso Tlatlaya, por ejemplo. En un principio se reportó que allí habían fallecido 22 personas. La CNDH afirmó primero que se trataba de un “enfrentamiento”. Lo repitió una segunda ocasión. Fue hasta hace poco, en vísperas del proceso de elección del ombudsman, que Plascencia habló de “ejecuciones sumarias”, y sacó una durísima recomendación al Ejército.
El gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, llegó a elogiar la “valerosa” intervención del Ejército en Tlatlaya. ¡Hágame el favor!
No fue hasta que un medio internacional (revista Esquire) recogió el testimonio de una mujer sobreviviente que supimos la horrible realidad: 15 de los 22 muertos fueron ejecutados después de rendirse y cuando ya habían entregado sus armas.
•Uno de los aspirantes a suceder a Plascencia al frente de la CNDH es Mauricio Farah, excolaborador de Soberanes, actual secretario general de la Cámara
de Diputados.
En su comparecencia ante comisiones del Senado, Farah propuso la no reelección del ombusdman nacional.
Soberanes lo apoya: “Como dijo Cervantes en el Quijote: nunca segundas partes fueron buenas. Fíjese que me estoy echando la soga al cuello. Yo fui reelecto. Pero voy a esto: sí hay la tentación, cuando uno está en un cargo de esos, de quedar bien con ese gobierno para lograr
la reelección.
“El Presidente de la República tiene bancada importante en el Congreso. Los legisladores del Presidente van a actuar en consecuencia. Por eso hay esta tentación de quedar bien. La mejor forma de resolverlo es la no reelección.
“En el hipotético caso de que lo reelijan, yo personalmente no lo creo, Plascencia podría decir: ¿Ah sí? Pues ahora van a ver quién soy yo.”
•Muy extrañas las circunstancias del atentado en Ciudad Universitaria en contra del doctor Ernesto Villanueva, investigador de tiempo completo del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. Esta semana le dieron tres balazos a su vehículo, mientras circulaba rumbo a su lugar de trabajo. Salió ileso. La Mitsubishi que lo transportaba estaba blindada, nivel tres. La tesis del auto atentado se esgrime entre sus compañeros del citado instituto.
Villanueva “presume” que el autor intelectual del atentado es el doctor Diego Valadés. Dice que se molestó por un artículo que escribió en el diario Noroeste de Sinaloa, en el que expone sus dudas sobre la relación entre Vicente Carrillo Fuentes y el exprocurador General de la República, a partir de documentos encontrados en el domicilio del narcotraficante.
Otro elemento que esgrime Villanueva, para sostener sus acusaciones, es la ríspida charla que sostuvo con el doctor en filosofía, Isidro Saucedo, amigo de Valadés y miembro también del Instituto de Investigaciones Jurídicas. Éste último le reprochó estar “manchando” el prestigio del instituto y del exprocurador, días
antes del atentado.
En una entrevista con Joaquín López Dóriga en Radio Fórmula detalló esa
conversación.
“Saucedo me dijo que era inaceptable, inconcebible, que manchara el prestigio del instituto; que le tenía yo que bajar porque no sabía cuál era el nivel de tolerancia del doctor Diego Valadés para que yo siguiera ejerciendo mi libertad de
expresión.
“¿Es una amenaza? Le dije. Tómalo como quieras, pero hay cosas en las que uno no se debe meter. Así consta, palabras más palabras menos, en la declaración
ministerial.”
Hablamos del tema con Saucedo. Esta es su versión:
“Tuvimos una plática (con Villanueva) primero amable y después ríspida. Le participé que estaba inconforme con lo que estaba haciendo en el instituto; que era ingrato e inmoral en sus
actuaciones.
“¿Amenazas? Para nada. Si tuviéramos la oportunidad de escuchar una grabación que estuviese a la mano, lo sabríamos directamente. ¿De dónde sacó esa afirmación? No lo sé.”
–¿Qué le provocan las imputaciones que Villanueva le hizo a Diego Valadés?, —preguntamos—.
–Coraje e indignación, —repuso—.
•Las metidas de pata de la subsecretaria de Hidrocarburos de la Sener, María de Lourdes Melgar Palacios. Nos cuentan que la semana pasada, en una entrevista radiofónica, dijo que un barril de petróleo tiene 64 litros, cuando en realidad tiene 159.
Otra que hizo en Londres la semana pasada, en el marco de la conferencia Oil & Money. Nos narran que cuando le preguntaron sobre el consumo de gasolina y diésel en México, la funcionaria cortó súbitamente la entrevista con una televisora y salió de cuadro.
“Mas allá de la curiosa anécdota, lo grave es cómo una funcionaria de tan alto rango, cuya función está directamente relacionada con la implementación de la más importante de todas las reformas (la energética), muestre tal desconocimiento de los temas de su responsabilidad”, nos dicen voces
gubernamentales.
•Moraleja de la semana (cortesía de José Martí) El que tiene un derecho no obtiene el de violar el ajeno para mantener el suyo.
