Adriana Estrada
EL BUEN TONO
ORIZABA.- Aunque la Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró inconstitucional la cadena perpetua en un estado, y se habla de avances del sistema de justicia penal mexicano hacia un enfoque garantista y restaurativo, las afirmaciones sobre la evolución del sistema contrastan con las crudas realidades de la impartición de justicia en México, donde las carencias estructurales y la impunidad persisten como barreras que ponen en duda su efectividad.
Elizabeth Orozco Núñez, coordinadora regional de Abogados de la zona centro, enfatizó que si bien la resolución apunta a humanizar las penas y evitar estigmas perpetuos, es inevitable cuestionar si el sistema penitenciario mexicano está realmente preparado para cumplir con este objetivo, pues en todo el país aún faltan programas efectivos de rehabilitación, donde las condiciones inhumanas en las cárceles y la insuficiencia de recursos evidencian que la reinserción social es, en muchos casos, imaginaria.
Destacó que el sistema ha evolucionado para adecuarse a los estándares internacionales y a las necesidades cambiantes de la sociedad, sin embargo, la práctica demuestra que la justicia en México no siempre responde a los principios de imparcialidad y prontitud. La diosa de la justicia puede tener los ojos vendados, pero en el contexto mexicano, la balanza a menudo se inclina hacia la impunidad o el castigo erróneo.
Aseveró que si bien es cierto que eliminar la cadena perpetua puede considerarse un paso progresista, faltan muchísimos detalles por pulir en el sistema penitenciario mexicano, y el problema radica en que estas carencias no son solo detalles, sino fallas estructurales profundas que demandan una reforma integral.
Agregó que en lo que respecta a la eliminación de los antecedentes penales, aunque la medida puede facilitar la reintegración laboral, no aborda el problema de fondo, pues aún el sistema penitenciario es incapaz de ofrecer las herramientas necesarias para que un exconvicto realmente pueda reincorporarse a la sociedad como una persona transformada.
