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Sin dinero para su reubicación

Superiberia

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Córdoba.- Para la familia  Sánchez,  las lluvias continúan siendo su peor enemigo, por falta de recursos económicos no pudieron solventar un crédito  que les permitiera accesar a las viviendas que el Gobierno municipal construyó  a través del programa Vivienda Rural del Fideicomiso Fondo Nacional de Habitaciones Populares (Fonhapo).

Aunque habitan en una zona de riesgo deberán permanecer asentados a la orilla del arroyo. 

Don Manuel y sus dos hijos se dedican a la venta de garapiñados, sus ingresos son mínimos, pues cada bolsita de producto apenas si llega a costar los 10 pesos, mismos que además deben ser divididos para garantizar la compra de insumos al siguiente día.

Debido  a que el oficio de comerciantes no permite comprobar los ingresos, no resultaron candidatos idóneos para que alguna institución bancaria les ofreciera un crédito por 10 mil  600 pesos, cantidad que fue requerida por el Ayuntamiento de Córdoba como parte del enganche de las casas que se construyeron a beneficio de 116 familias asentadas en zonas de riesgo de la localidad. 

“Si fuimos considerados, pero no tuvimos como conseguir esos 10 mil pesos que nos pedían. El miedo está cada vez que llueve, pero no queda de otra. Qué se le va a hacer ahora sólo hay que estar pendiente de cuando se desborde el río para que mi papá y mi hermano salgan”, dijo, Efrén, uno de los hijos de Manuel.

EL RIESGO LATENTE

Desde hace  varias décadas, Manuel Sánchez Luna, quien actualmente cuenta con 56 años de edad, consiguió un pequeño espacio a orillas del afluente  en la colonia La Sidra, donde construyó un pequeño cuarto que aún comparte con uno de sus hijos y su mascota.

El año pasado con la crecida del río perdió un refrigerador, televisor y algunos otros electrodomésticos que habría conseguido de segunda mano, pues recién se “recuperaba” de la última inundación. 

El pequeño cuarto de obra negra, aún presenta las huellas de la humedad y en sus alrededores están los pequeños montículos de tierra que se han ido escurriendo con las últimas lluvias de la temporada.  

Efrén, explicó que aun con el temor de que su padre sufra algún percance durante la crecida de río, no cuentan con los recursos suficientes para habitar en otro lugar.

En las más de tres ocasiones que se han visto afectados por las inundaciones, aseguró sólo han recibido apoyo en despensas y artículos de limpieza, cada uno de los bienes materiales  perdidos son recuperados por cuenta propia, lo que dificulta generar ahorros o tener un “guardadito”  para los casos de emergencia.

Con el paso de la tormenta tropical Danielle, apenas la semana  pasada, el temor y la incertidumbre de saber si el río se va a desbordar o no, durante el día no queda más que continuar con las actividades diarias, pues si no se trabaja  no se obtiene el recurso para comer. 

INCREMENTAN NIVELES DE RÍOS

Los niveles de los ríos que cruzan la región de Córdoba incrementaron de manera significativa, sin embargo, aún se encuentran dentro de los márgenes de seguridad para la población civil. 

De igual forma, se monitorean las zonas de riesgo con asentamientos humanos como laderas de cerros y ríos. Carlos Mendoza Aguilar, coordinador regional de Protección Civil, dijo que hasta el momento las lluvias no han generado daños en la infraestructura carretera, puentes ni en viviendas, aunque se mantiene un monitoreo constante de los arroyos de respuesta rápida y principales afluentes como el Seco, que se une al Atoyac en la zona de Amatlán, y el río Blanco, todos han incrementado sustancialmente sus niveles.

 Dijo que las lluvias en las serranías están propiciando el incremento en los cuerpos de agua que cruzan la zona Centro, por lo que la instrucción de la Secretaría de Protección Civil en el Estado, es mantener un registro del comportamiento de estos afluentes y actuar en caso de que lleguen a niveles críticos.

 La reubicación de las familias, dijo, ha sido un planteamiento de hace años que por falta de recursos no se ha concretado, por lo que en esta temporada de lluvias se busca a través de los Ayuntamientos, tomar las medidas de prevención y respuesta rápida ante cualquier riesgo que se presente, como la reubicación temporal en albergues oficiales o con familiares en lugares seguros.

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