ORIZABA.- La reforma propuesta por el Papa no quiere decir que habrá un relajamiento en las causales de nulidad matrimonial, no significa que la Iglesia acepte el divorcio y tampoco se contradice la doctrina sobre indisolubilidad del matrimonio, advirtió el vocero diocesano Helkyn Enríquez Báez.
En conferencia de prensa, recordó que este proceso sí será gratuito, pero con la reforma anunciada lo que se agiliza es el trámite de nulidad, cuando se comprueba que antes o durante la celebración del sacramento (matrimonio), no se reúnen requisitos, hay un defecto en el modo de realizarse o no se cumple con lo elemental.
Anteriormente, el costo se basaba en el envío de documentación (paquetería empresarial), a otras ciudades porque no se puede mandar por correo dado que es información clasificada-confidencial y además hay quienes trabajan en el Tribunal Eclesial y a ellos se les paga una nómina, sin embargo, ahora tras anunciar la reforma, todos los procesos de nulidad serán gratuitos y entrarían en vigor hacia el fin del presente año.
Gratuidad y simplificación, son las dos características en estos temas de la nulidad matrimonial, que además de no ser nuevo será atendido por el Tribunal Diocesano y el Obispo tendrá la facultad como Juez único y supremo en cada Diócesis, es decir si el tema es claro, no irá a una segunda instancia. “Si el Obispo tiene pruebas fehacientes y certeza moral de que un matrimonio es nulo, él mismo lo puede declarar”.
Para poner en marcha estas disposiciones y que la comunidad católica conozca y atienda esta realidad, la Diócesis de Orizaba cuenta con especialistas (Peritos) en Derecho Canónico que son los padres Ángel David Hernández y Juan Carlos Villa, y dos laicos que han laborado durante mucho tiempo, se tiene la experiencia del vicario general Francisco Aguilera, quien durante mucho tiempo fue Vicario Judicial, con ello, se puede erigir por completo el Tribunal Diocesano para facilitar este proceso en caso de ser necesario, aquí no ha habido dificultad de atender administrativa y jurídicamente estos casos, reiteró el jerarca.
Aunque no mencionó el número de casos que se atienden en la Diócesis, el Sacerdote indicó que no es más común que esto suceda, primero porque las personas desconocen esta posibilidad y segundo, a veces ellos están convencidos de que aquello que celebraron realmente fue un sacramento y es válido, ahí no hay nada qué hacer, enfatizó.
Y es que realmente si es válido el sacramento, no hay nada qué hacer, no puede proceder la nulidad matrimonial. No son causales de disolución cuando las personas tienen claro que cuando se casaron lo hicieron bien, se amaban, habrían vivido así por varios años y ya por cuestiones humanas, por intolerancia, infidelidad o descuido de la vida matrimonial y quieren buscar la nulidad, “ahora porque ya no se quieren o ya no se gustan, no es un argumento para dar la nulidad”, reconoció.
El Vocero Diocesano dijo también que a fin de que la comunidad comprenda plenamente la importancia del matrimonio, se insiste mucho más en la preparación de quienes quieren casarse. Se prolongan las pláticas prematrimoniales y no se promueven charlas intensivas porque de lo que se trata es que las personas estén seguras de hacerlo y hay quienes en estas pláticas presacramentales deciden no unirse en matrimonio o lo postergan y eso es bueno.