Por: Andrés Timoteo / columnista
Hoy se acaban los noventa días de campaña para los cargos de elección popular que se elegirán el próximo domingo -y los sesenta días de proselitismo para los candidatos a las 50 diputaciones locales-. En el País serán votados 18 mil 311 cargos federales y locales, siendo el más importante la Presidencia de la República, seguido, a nivel Estatal, la Gubernatura.
Además de Veracruz, otras siete gubernaturas serán renovadas: Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco y Yucatán, así como la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. Habrá cambio integral en el Congreso de la Unión -que se compone de las Cámaras de Diputados y Senadores-, pues se elegirán a los 128 senadores y 500 diputados federales.
Por Veracruz serán tres senadores, dos de primera fórmula y uno de primera minoría, es decir, los dos que ganen en las urnas y el primero de la otra fórmula que quede en segundo lugar. Además, los veracruzanos votarán por 20 diputados federales y 30 locales de elección directa -sin contar los plurinominales que para el Congreso Local serán veinte más-.
El total, en todo el territorio nacional serán electos 972 diputados, mil 597 presidentes municipales y los nuevos titulares de las 16 alcaldías en la capital del País. Hay que recordar que con la reciente reforma electoral, las delegaciones en la Ciudad de México pasaron a ser alcaldías.
La numeralia electoral se complementa con los cargos de representación popular en diversas modalidades a lo ancho del País con las particularidades de cada Entidad: mil 237 concejales, 12 mil 023 regidurías, mil 665 sindicaturas, 19 regidores étnicos, y 24 presidencias de concejos municipales con 24 síndicos y 96 regidores. Así, la del primero de julio es la elección más compleja en la historia reciente, pues habrá una modificación integral de la geografía del poder.
Y como se decía al inicio, hoy miércoles 27 de junio es el último día de proselitismo para los aspirantes a esas encomiendas. A partir de las cero horas de mañana jueves habrá el llamado “período de silencio” -tres días- para candidatos y líderes de partidos políticos. Claro, tal sigilo es relativo, pues aunque no haya actos públicos, discursos o mensajes directos, están las redes sociales, el nuevo componente mediático.
Sin una regulación precisa hasta el momento, las tribunas cibernéticas son el espacio para romper ese silencio obligado por la ley y allí se continuará con la propaganda de los partidos políticos y sus abanderados, y, por supuesto, la ‘guerra sucia’ en contra del opositor, las ‘fakenews’ (noticias falsas), los llamados al boicot y todas las estratagemas posibles para informar, desinformar o distraer a los votantes. De esta forma, el sigilo electoral no es tal.
¡NO AL VOTO BORREGUIL!
También, y como ya se ha dicho en este espacio, esos tres días son el tiempo de los ciudadanos para prepararse a votar. Los indecisos tendrán que decidirse, los inconformes tendrán que expresarse, los sensatos tendrán que sufragar con sensatez y los inteligentes deberán rechazar los llamados nocivos que dañan la democracia como el “voto parejo” o “en cascada” cruzando la boleta sin reflexionar como los viejos ‘borregos’ del PRI.
Igualmente, evitar caer en la trampa de anular la boleta o no acudir a votar, pues es un error abstenerse de intervenir en una decisión tan importante. Cada papeleta nula o no depositada en el ánfora sirve al chanchullo sobre la mesa, no hay que olvidarlo. Y también cada voto por inercia, sin analizar al candidato que se elegirá, sufragando sólo porque alguien les dijo que tacharan igual las cinco boletas será permitir que regrese el nefasto “carro completo” que hizo tan famoso el PRI y que tanto daño causó al País.
Ese “voto borreguil” cuando se hace por encargo, sin análisis ni convencimiento personal en cuanto a la persona y su plataforma, no sirve a la democracia porque no hay contrapesos en quien ostenta el poder. Sirve, eso sí, para elevar a tiranos y dictadores. ¡Mucho cuidado con ese truco!
GARRAS Y CUERNOS
Y en las vísperas de la elección, los mismos que llaman al “voto borreguil” también intentan asustar a los mexicanos. Primero, el candidato presidencial de Morena, Andrés Manuel López Obrador, advirtió que “soltará al tigre” si hay fraude electoral y que ‘no lo va a amarrar”, les dijo a los empresarios en marzo pasado. Hace tres días, la dirigente nacional del mismo Partido, Yeidckol Polevnsky, completó la advertencia: “se van a encontrar con el diablo”.
Vaya, a los morenistas les saldrán las garras y cuernos para armar la insurrección violenta, advirtiendo que el País se volverá una selva y terminará en un infierno si no gana el tabasqueño, pues, según palabras de la misma dirigente, “esta elección está definida”. Ya metieron al cajón de los recuerdos eso de la “república amorosa” y la protesta “sin romper un sólo cristal” que tanto presumían.
Obviamente, el candidato y la lideresa de Morena hablan en base a la experiencia de las últimas dos elecciones presidenciales que les fueron robadas. Es cierto y válido el resquemor, pero recurrir a la amenaza de disturbios sociales es una muestra de que los morenos están muy sobrados porque alegan que ya todo está decidido aun sin que los ciudadanos acudan a las mesas de votación. ¿Acaso no es el mismo discurso del viejo PRI? Para ellos, las encuestas son el método electoral y lo que hagan los votantes el primero de julio sale sobrando. Tal es la soberbia y tal la mentira.
Pero ellos no son los dueños de la elección, los que elegirán al Presidente de la República y a los demás representantes populares son los ciudadanos, no los dirigentes de Morena que espantan con el ‘petate del muerto’ ni los otros, los de la vieja élite del poder. La ciudadanía debe acudir a votar para alejar el fantasma del fraude y, por supuesto, para impedir que unos cuantos impongan gobernantes u otros construyan satrapías.
DE LA PATADA
Para el ciudadano común -y futbolero- ya desde ayer terminaron las campañas, pues este miércoles dedicarán toda su atención al partido de la Selección Mexicana contra Suecia, el tercero en el marco de la Copa Mundial Rusia 2018. Es más, hasta el Gobierno Estatal decidió retrasar el horario de ingreso, para hoy, en las escuelas públicas.
Los estudiantes podrán acudir a sus escuelas a partir de las 12 del día, aunque lo más seguro es que falten el día completo. Así, los últimos eventos de los candidatos serán cosa menor frente al poder del balón rodando en la cancha mundialista. Si hay un triunfo de México, tan necesario en un País lleno de decepciones y tragedias, nadie se acordará de los que buscan hacerse de cargos públicos.
Si la Selección Nacional no gana, habrá lamentaciones, pero quedará el buen sabor de boca que rompieron las predicciones de que sería un fiasco desde el primer partido. Y por supuesto, la justa mundialista continuará, y ese es otro ingrediente para aminorar el interés en la jornada electoral. Los aficionados deben ser prudentes, que el balón no se anteponga a la urna de votación porque, entonces como en el Mundial, a todos nos irá de la patada.
Y LOS OTROS GOLES
El fútbol es el distractor ideal, si no pregúntenles a los políticos. En México, el Gobierno Federal emitió el decreto para concesionar a la Iniciativa Privada 300 cuencas hidrológicas del País y levantar la veda en 756 ríos, a fin de que las aguas sean explotadas por los grandes consorcios privados durante 50 años, aprovechando que los mexicanos están embelesados con la Copa Rusia 2018.
Con eso, más del 55 por ciento de las aguas fluviales serán utilizadas sin recato para las industrias minera, el fracking (la extracción de gas rompiendo la piedra con inyecciones de agua y químicos), la extracción de hidrocarburos, la industria inmobiliaria o la turística.
Veracruz está incluido en la dedicatoria de esos decretos porque terminará por consolidarse el megaproyecto Monterrey VI que sacará agua del río Pánuco, al Norte del Estado hacia la capital neolonesa. Lo anterior sin contar con las decenas de proyectos medianos para construir presas que afecten directamente el medio ambiente. Este fue un “gol” del presidente Enrique Peña Nieto a la población, mucha de la cual ni se enteró ni le interesa, aunque tenga que pagar las consecuencias más tarde.
Pero en Rusia también ‘se cuecen habas’, pues el presidente Vladimir Putin acaba de enviar al parlamento una iniciativa para elevar la edad de jubilación a todos los trabajadores. Los hombres tendrán que trabajar 5 años y las mujeres ocho años más para retirarse y obtener una pensión. Es decir, las mujeres ya no se jubilarán a los 55 años, sino a los 63 y los hombres lo harán a los 65 años, ya no a los sesenta como estaba previsto.
No es un gol cualquiera, dicen los opositores rusos, sino un “golazo” de Putin a su propio pueblo, digno del “Mundial de la Desvergüenza”. A los pocos rusos que se han enterado de tal decreto y están indignados, habrá que decirles que en eso de la desvergüenza de los gobernantes y los “goles” contra el pueblo, México es campeón mundialista, ¿qué no?