Córdoba.- El penúltimo día de campaña, y Tomás@elalcahuetedePortilla insistió en sangrar a los burócratas cordobeses para beneficiar la campaña de su cómplice Gely Sahagún. Ya desde que le cuidaba sus asuntos en la particular de la Presidencia, se evidenciaba la complicidad de este par de panistas. Por ello la promovió para la Dirección de Desarrollo Social y luego la catapultó, a pesar del CEN del PAN, a la candidatura.
Hasta el ultimo día de campaña buscó y encontró elalcahuetedePortilla la forma de apoyar una campaña que nunca despegó, pero que seguía requiriendo dinero, ahora para pagar el voto que no lograron con el proselitismo, ante el descrédito y la repulsión que la candidata y su equipo han cosechado luego de más de 20 años de vivir del presupuesto de los cordobeses, sin ninguna aportación real a la ciudad ni a sus habitantes.
¿Quién los para? Ya por lo pronto están denunciados y reportados, pero la primera que debió intervenir fue la Contraloría Municipal. Por eso, está para Ripley la participación de la anciana decrépita Teresita Jáuregui, empleada de Tomás desde hace décadas y ahora corrupta Contralora Municipal, en el delito que se comete desde hace semanas, y continúa en palacio municipal.
Ya había publicado EL BUEN TONO el mecanismo ideado para abastecer de dinero municipal a la campaña panista. Primero hablaron con los del primer y segundo nivel y los forzaron a firmar un adelanto de salarios, luego a endosar el cheque y aceptar el descuento, durante largos meses, hasta recuperar el dinero que de la Tesorería llegó de esta manera a la campaña de la Sahagún.
Algunos se negaron a esta “donación”, y de inmediato comenzaron acciones para denostarlos y humillarlos en las redes sociales. ¡Vaya!, hasta en riesgo pusieron a matrimonios y familias, según se ha sabido. Pero así se las gastan estos panistas inmorales y corruptos.
Al llegar la quincena, ayer mismo, nuevamente decenas de trabajadores del municipio notaron el descuento en su recibo de pago. Uno por uno fueron llamados a la oficina de Recursos Humanos, donde despacha Rubén Octavio Martínez Rahme, y ahí encontraron el complemento de su quincena, en sendos cheques a su nombre. Ahí les dijeron que debían ir al banco a cambiar el cheque, y entregar el efectivo a la ruca contralora. También, es obvio, les dijeron lo que pasaría si se negaban a hacerlo.
Pronto Tomás y sus cómplices tendrán que demostrar que es normal o común que cuatro días antes de las elecciones, otro grupo de decenas de trabajadores del Ayuntamiento hayan “solicitado” un adelanto de su salario. Es más, para los ingenuos que creen que esto es normal, baste decirles que nadie se traga el hecho de que ante la crisis económica y los bajos salarios de la ciudad, decenas de empleados de los niveles más bajos de la burocracia hayan decidido endeudarse durante los próximos diez o doce meses, para favorecer a una candidata que nunca hizo nada por ellos, más que humillarlos y maltratarlos.
Pero en el seguimiento judicial que tendrá que hacerse de esta ilegal maniobra, el nombre y la actuación de Teresita Jáuregui resaltará, pues es ella quien debió, no solamente oponerse a esta maniobra, sino detenerla y denunciarla. Pero no, en la más evidente falta de ética, de moral y de honestidad, no solamente no lo hizo, sino que se prestó a ser la que clavara la daga en la nómina de los empleados, recogiendo, contando y juntando el dinero sucio, para entregarlo al coordinador de la campaña.
Cambiaron la estrategia debido a la información que este medio dio a conocer. Porque Martínez Rahme concentró los primeros cheques, los más gordos, y los mandó a cambiar al banco, y luego entregó a la descontralora los fajos de billetes. Pero ayer, ya con los cheques en su cajón, el director de Recursos Humanos optó por llamar a cada uno de los sangrados burócratas y enviarlos al banco, a lo mejor hasta escoltados para que no se salieran del redil, y luego regresarlos a la oficina de la decrépita para entregar el efectivo.
Todo un mes de trabajo le fue birlado a los empleados, qué poca manera de gobernar, de utilizar el poder y el puesto para robarle el salario a quienes sí se fajan todos los días en tratar de mantener vivos los deficientes servicios municipales que este grupo de pelafustanes administra para la ciudad y sus habitantes.
¿Qué leyes querría hacer la Sahagún si llega a ser diputada?
Ella es la principal culpable de esta ilegalidad, prestándose a recibir el efectivo descontado sin el consentimiento de los empleados, obligados a endeudarse para aportar a la campaña.