La Perla.- En lo que va del año, el DIF municipal atendió 45 casos de violencia en contra de las mujeres y sus hijos; sin embargo, la mayoría calla y son pocas las que se atreven a denunciar y darle seguimiento al proceso legal en contra del agresor.
Fuentes oficiales del organismo indicaron que en las comunidades rurales los hombres consideran a las féminas de su propiedad y sin derechos, de ahí que llegan a tratarlas como objetos.
Indicaron que a través del departamento de Psicología y de la Procuraduría de la Defensa del Menor, la Familia y el Indígena, conjuntan esfuerzos para salvaguardar la integridad física y emocional de las madres y los menores que sufren agresiones, aunque por cuestiones de machismo el problema no se termina.
Consideraron que hubo una disminución de casos en relación con años anteriores, gracias al trabajo de concientización que hacen entre los varones, a fin de que traten bien a sus esposas y no de forma prepotente.
Dijeron que vivir en un ambiente hostil hace que los hijos crezcan con resentimientos y rencor hacia sus padres, situación que en ocasiones les dificulta su vida social.
De acuerdo con información de la procuradora del DIF, María Lidia de los Santos Clemente, atienden a mujeres golpeadas con machetes, hachas y otros objetos. “Cuando acudimos a su domicilio nos encontramos que están encerradas e impedidas para hablar con otras personas”.
Subrayó que si solicitan la ayuda del organismo asistencial, se les brinda apoyo y mediante una orden judicial puede salir, porque la Policía no puede ingresar a la vivienda sin una orden legal.
Relató que en una ocasión le tocó intervenir personalmente en respaldo de una vecina a la que su esposo estaba estrangulando: “el hombre se enojó porque no le tuvo la comida a tiempo y reaccionó violentamente”.
Destacó que el responsable accedió a asistir a terapia para controlar su temperamento y vivir de una mejor manera, “pero no en todos los casos reaccionan de esa forma”.
