¡Aguas, aguas México! esta expresión tan mexicana para avisarnos de un peligro o cuando menos de que algo desagradable está por ocurrir, nunca me pareció tan oportuna como esa mañana del 26 del presente en que los medios de comunicación dieron la noticia sobre el estado de avance de la famosa reforma migratoria. Y el título de este articulillo es también para que México también tome previsiones y ponga sus barbas a remojar ¿Y a qué viene esto?
Hace algún tiempo, cuando por primera vez los Estados Unidos dijeron que iban a reforzar las entradas en sus fronteras, escribí un artículo que titulé “El derecho al cierre de las fronteras” en él aducía que cualquier país tenía el derecho de cerrarlas, pues la entrada de inmigrantes suele en muchas ocasiones traer una gran problemática a la vida institucional del mismo (Nadie se atreve a decir que el 99% de los que entran a pie o hacinados en camionetas y otros vehículos guiados por los mentados “polleros” a los Estados Unidos, llevan cuando menos medio kilo de droga para financiarse “el viajecito”) inclusive reprochaba a muchos de los alcahuetes que aún se compadecen de nuestros pobrecitos hermanos inmigrantes, que primero se deberían exigir a los gobernantes de cada país del que provienen a que no se hagan tontos y que se esfuercen en proporcionarle a su gente los medios necesarios para satisfacer sus necesidades en sus propios países, para no tener que salir a mendigarlas en otro que no tiene ninguna responsabilidad para con ellos (ni culpa tenemos nosotros por estar en su camino). Se los reprochaba y aún los reprocho porque muchos de estos seudo defensores de los derechos del migrante, tienen en sus propias residencias bardas altas y con protecciones eléctricas para cuidarse, ya no de los migrantes, sino de los propios coterráneos (que pasen nuestros hermanitos centro y sudamericanos, pero no por mi casa. ¡Qué chistosos!) En fin, se hizo más difícil la entrada al país de los sueños y entonces aparecieron en México los Mara Truchas, los zetas y un gran número de organizaciones criminales.
Estábamos diciendo (decía un viejo y querido amigo) La mentada noticia sobre la inminente aprobación de la reforma migratoria, anuncia un gran número de estrategias para reforzar aún más las fronteras norteamericanas: la continuación de los muros divisorios, aparatos de radar, sensores, aviones no tripulados, helicópteros, contratación de más agentes etc. Que impedirá la entrada ilegal de cualquiera que intente traspasar la frontera ¿Y por qué México debe poner sus barbas a remojar? Pues nada más porque si no refuerza sus propias fronteras, una sencilla operación matemática nos dará la respuesta: Según una estadística publicada hace algunos años, solamente por Arizona entraban 400,000 inmigrantes cada año, suponiendo que el 50% son centro y suramericanos y suponiendo que siga pasando el mismo número, tendríamos cerca de 200,000 varados en nuestras fronteras. Y si con estos nuevos refuerzos ¡NO PUEDEN ENTRAR! ¿En dónde se van a quedar, de que van a sobrevivir esos 200,000 mil inmigrantes por año, y cuantos sumarán en 10 años?
Ahí se los dejo a los alcahuetes compadecidos de nuestros pobrecitos hermanos centro y suramericanos!