AGENCIA
Nacional.- El gobierno de Claudia Sheinbaum ha marcado un punto de inflexión en la estrategia de seguridad nacional, poniendo fin a la política de “abrazos no balazos” que caracterizó a la administración de AMLO. Este giro responde a los crecientes desafíos internos de violencia y a la presión internacional, particularmente de Estados Unidos, para que México enfrente con mayor firmeza al crimen organizado.
Una de las medidas más destacadas de esta nueva estrategia fue el decomiso histórico de más de una tonelada de fentanilo en Sinaloa, uno de los golpes más duros contra los cárteles de la droga en los últimos años. Según el periodista Carlos Loret de Mola, este evento no solo representa un avance en la lucha contra el narcotráfico, sino también un mensaje claro para Washington sobre la disposición del gobierno mexicano de actuar con decisión ante esta problemática.
Sheinbaum ha confiado la implementación de su plan de seguridad a Omar García Harfuch, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, quien se ha trasladado temporalmente a Sinaloa para liderar directamente las acciones en una de las regiones más afectadas por el narcotráfico. Este movimiento busca replicar experiencias pasadas, como las intervenciones federales en Michoacán, y reafirma el compromiso del gobierno con la restauración del orden y la seguridad en zonas críticas.
García Harfuch ha supervisado la detención de más de 5 mil personas en solo dos meses, una cifra que refleja el cambio en la estrategia, enfocada en la captura de líderes criminales y miembros activos de los cárteles.
El abandono de la política de “abrazos no balazos” también ha tenido eco en las relaciones internacionales. La administración de Sheinbaum busca fortalecer su posición frente a Estados Unidos, que ha amenazado con medidas económicas, como aranceles del 25 por ciento (%) a las exportaciones mexicanas, si no se intensifica la lucha contra el narcotráfico.
Este nuevo enfoque posiciona a México como un actor más proactivo y menos pasivo en la lucha contra el crimen organizado. Los recientes logros en materia de seguridad refuerzan la capacidad de negociación del país frente a Estados Unidos, marcando un antes y un después en las relaciones bilaterales.
La confiscación récord de fentanilo, el endurecimiento de las medidas contra los cárteles y la activación de fuerzas federales en Sinaloa son claros indicios del compromiso de la administración de Sheinbaum con un cambio significativo en la seguridad del país. Con una postura más enérgica y estratégica, el gobierno actual busca no solo garantizar la seguridad de sus ciudadanos, sino también consolidar su papel en la región como un socio fuerte y confiable.