La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, ha presentado una importante reforma a la Ley General de Población que promete transformar la manera en que se identifica a los ciudadanos y residentes en el país. La propuesta tiene como objetivo convertir la Clave Única de Registro de Población (CURP) en la principal fuente de identidad, incluyendo una nueva versión que incorporará fotografía y huellas dactilares, tanto para mexicanos como para extranjeros con estancia regular en México.
Esta reforma, publicada recientemente en la Gaceta del Senado, plantea un cambio significativo en el sistema de identificación, ya que, si se aprueba, la credencial para votar emitida por el Instituto Nacional Electoral (INE) dejará de ser el documento más relevante para los ciudadanos. La nueva CURP, que mantendrá su secuencia alfanumérica de 18 caracteres, incluirá datos esenciales como nombres, apellidos, fecha de nacimiento, sexo o género, lugar de nacimiento y nacionalidad.
Uno de los aspectos más innovadores de esta iniciativa es la posibilidad de contar con la CURP en formatos físico y digital, facilitando su uso en procesos de validación y autenticación de identidad en plataformas digitales. Además, tanto los entes públicos como los particulares estarán obligados a solicitar la CURP en la realización de trámites y servicios.
La propuesta de Sheinbaum también incluye la integración de datos biométricos, como las huellas dactilares, a la CURP, un proceso que se llevará a cabo bajo estrictas normativas de protección de datos personales. Este avance busca garantizar la seguridad y la integridad de la información de todos los mexicanos, respetando la privacidad de cada individuo.
Esta reforma, si se aprueba, marcará un paso importante hacia la modernización de los sistemas de identificación en México, impulsando una mayor seguridad, eficiencia y accesibilidad en trámites gubernamentales y privados. Sin duda, esta propuesta será clave para la integración digital del país y el fortalecimiento de la identidad de sus habitantes.
