Córdoba.- En segundo lugar, ¿cómo es posible que un diputado cuya labor es discutir y aprobar las leyes que reglamentan la conducta de una sociedad, permita que infrinjan la ley y estimule su incumplimiento?
En tercer lugar. Al no existir denuncia, el propio Serralde se convierte en cómplice de los delincuentes, ¿o será que su conciencia no le permite castigar a sus iguales?
Y por último ¿qué hace un diputado siendo dueño de una constructora? Ya es conocido que Serralde apareció en la lista de los diputados que pedían su participación en los ayuntamientos. Su constructora, además, solicita obras por las que obtiene presupuestos tres veces mayores a las estimaciones reales, utilizando un material precario y perjudicando en definitiva a los ciudadanos. Son obras que, desde el principio, son hechas con mañosearías, como sucede en el puente de Paso del Toro, qué
por negociaciones corruptas jamás prevalecieron los intereses de una sólida construcción.
En fin, este diputado sin valores y cada vez más conocido por sus malas mañas, debería haber denunciado a los delincuentes, o pensará que “ladrón que roba, ladrón, tiene 100 años de perdón”.
De la Redacción
El Buen Tono