CDMX.- Para el cierre de este año, se espera que la economía de México sea la segunda más golpeada dentro del rubro de las economías en desarrollo, de acuerdo con un reporte de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés).
La UNCTAD estima que la economía del País disminuirá 10 por ciento al concluir este año, lo que la posiciona como la segunda más afectada, después de Argentina, nación para la que se estima una reducción de 10.4 por ciento, según el documento “Comercio y desarrollo. Reporte 2020”.
Sin embargo, para el 2021, se espera un alza del 3 por ciento para el país y de 4.7 por ciento para Argentina.
En lo que refiere al total del rubro de economías en desarrollo, en el cual también se incluyen países de Asia como China, Corea del Sur e India y de África como Sudáfrica, se proyecta una caída de 2.1 por ciento para el 2020.
Ya para el 2021 la recuperación de esta categoría sería del 5.7 por ciento, se refiere en el reporte.
Las caídas que se reportarían para el cierre de este año son consecuencia de la pandemia provocada por el Covid-19.
“Los gobiernos de todo el mundo optaron por un coma económico inducido por políticas, deteniendo las interacciones humanas que definen gran parte de la vida comercial, para prevenir nuevas infecciones y aliviar los sistemas de salud sobrecargados”, se explica en el reporte.
En tanto, el rubro de países desarrollados también registrará una caída de 5.8 por ciento para el cierre 2020.
Naciones de esa categoría como Estados Unidos, disminuirá 5.4 por ciento, Alemania, 4.9 por ciento, y Japón, 4.5 por ciento.
La economía mundial tendrá una contracción de 4.3 por ciento en 2020 y una recuperación de 4.1 por ciento en 2021.
La UNCTAD consideró que pese a las complicaciones de salud y económicas que ha traído esta pandemia, ha creado una oportunidad para tener un cambio duradero, en parte porque puso al descubierto las deficiencias del mundo que existían mucho antes de esta enfermedad.
“La crisis financiera de hace una década hizo lo mismo, pero el mundo no estaba a la altura del desafío, y todavía vivíamos con los vestigios de ese fracaso cuando el virus saltó de animal a humano a finales de 2019. Ahora los problemas son, en todo caso, mayores.
“Pero el entorno intelectual a su alrededor es mucho más vibrante, y la voluntad política de atacarlos muestra algunos signos de vida prometedores. Hay motivos para la esperanza pero no para la complacencia”, concluye la organización.