AGENCIA
Nacional.- En un controvertido evento ocurrido el pasado miércoles, el senador de Morena, Adolfo Gómez Hernández, justificó la realización de un sacrificio de una gallina en el Senado de la República, argumentando que la ley respeta las prácticas ancestrales de los pueblos originarios.
El ritual, denominado “Ofrenda por el Día de la Lluvia (Tláloc)”, fue organizado por el propio senador Adolfo Gómez, quien es legislador por el estado de Oaxaca. Durante el evento, llevado a cabo en la terraza del segundo piso de la sede legislativa, Adolfo Gómez defendió la tradición y citó el artículo segundo de la Constitución Política para fundamentar su posición.
“Hay una ley superior a la ley local y me refiero al artículo segundo constitucional, donde la ley expresamente permite y respeta la forma de vivir de los pueblos originarios; reconoce nuestra forma de gobierno”, declaró el senador Gómez Hernández.
Aunque el evento fue promovido por el legislador de Morena, el Senado de la República también invitó a través de sus redes sociales a otros senadores a asistir al ritual. Sin embargo, la Presidencia del Senado se deslindó de la actividad y emitió un comunicado aclarando que “estos hechos fueron llevados a cabo bajo la estricta responsabilidad individual del senador Adolfo Gómez”.
El sacrificio generó críticas y controversia debido a recientes cambios en la Ley de Protección Animal de la Ciudad de México, la cual fue modificada para combatir el maltrato, crueldad y lo que se define como “sufrimiento innecesario” en animales. En dicha ley, se considera maltrato el “dar muerte a animales sanos sin causa o motivo legal justificado en: centro de atención canina y felina certificados, escuelas de adiestramientos, clínicas veterinarias de las alcaldías, refugios u otras instituciones respaldadas”.
La polémica por este evento ha generado debate sobre los límites entre el respeto a las prácticas culturales y la protección de los derechos de los animales, y plantea interrogantes sobre el papel de los legisladores y las instituciones públicas en el fomento de estas actividades.
Los usos y costumbres solo aplican para sus zonas demográficas, endémicas y regionales, propias de sus comunidades, ya que al estar fuera de estas las leyes aplican igual que todos.
Nunca había visto a este personaje, qué lamentable que, en lugar de darse a conocer por su trabajo, se den a conocer por este tipo de aberraciones.
¡No existe una justificación sensata e inteligente a ese tipo de acciones! Pero este tipillo sabe que es impune y que sus actos no tendrán consecuencias.
¡Cárcel y multa por maltrato animal! ¡Que pague por sus acciones! ¿En dónde están los protectores de animales?