Córdoba.- El Obispo Eduardo Patiño Leal, en la eucaristía del Domingo de Ramos, recordó que este domingo tiene dos nombres, “de pasión y de ramo”, porque siempre se inicia reconociendo el poder del amor de Dios, de quienes reconocían a Jesús como el Mesías, y esas exclamaciones del pueblo se unen a la Iglesia Católica con la procesión de Ramos la cual por cierto fue suspendida en la ciudad de Córdoba debido a la pertinaz lluvia que se vivió en este día.
En la eucaristía se vivió el evangelio según San Lucas, donde los fieles escucharon con atención y devoción siendo copartícipes de esos momentos cuando en los sentimientos de Cristo inundan el corazón de los feligreses y sobre todo llenan de fervor el recordar su sacrificio en bien de la humanidad.
Al respecto, el Obispo de la Diócesis de Córdoba, señaló que en estos tiempos hay impunidad en los delitos, como en aquel entonces el pueblo pidió que se soltara a un asesino y en cambio se crucificó a un inocente como lo fue Jesucristo.
Asimismo, pidió por aquellas familias que han estado llorando por la muerte de un ser querido, que pueden ser por diferentes motivos que las propician e incluso por desapariciones forzadas que las ponen en profunda tristeza, tal y como lo vivió la familia de Jesús al ser crucificado.
Habló que en esta época Dios nos invita a conversión y recordó que ésta se da, como en el centurión que después de negar a Cristo, salió a llorar amargamente y dio gloria a Dios reconociendo a Cristo como un hombre justo e inocente.
Al mismo tiempo invitó a la población en general a tomar esta Semana Santa que inició ayer, para que sea un tiempo de reflexión y de reencuentro entre la familia que es la base de toda sociedad.
¿Cómo se inicia?
En el Domingo de Ramos, los cristianos conmemoran la entrada de Jesús en Jerusalén, montado en un asno, aclamado como hijo de Dios, días antes de su pasión, muerte y resurrección.
Los fieles seguidores de Jesús lo recibieron extendiendo sus mantos por el camino o ramas de oliva (árbol típico de donde vivió Jesús) y palmas, mientras lo aclamaban rey y gritaban ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!, ¡Hosanna en las alturas!, es de resaltar, que la palabra “hosanna” significa “vida”.
La eucaristía del día Domingo de Ramos vive dos momentos importantes: al principio, con la procesión de las palmas y la bendición de las mismas por parte del sacerdote en cuanto dirige la procesión; por último, la palabra que evoca la Pasión del Señor, en el evangelio de San Mateo.
El Domingo de Ramos, debe de ser visto para los cristianos, como el momento para proclamar a Jesús como el pilar fundamental de sus vidas, tal como lo demostró la gente de Jerusalén al seguir a Cristo.
