Xalapa.- En ese mar de las declaraciones que nos recetan a diario, todas de fantasía, uno ya no sabe qué hacer, a quién leer, a quién escuchar, a quién creerle, a quién consultar para saber la verdad de la verdad. Las autoridades nos dibujan un mundo venturoso, donde todo está bien, donde los funcionarios públicos se destacan por el cumplimiento de sus programas, de sus deberes, de sus acciones. Todo es transparencia y eficiencia. Todo marcha de maravilla, acorde con lo planeado.
Pero por otro lado, los ciudadanos enfrentan como nunca antes problemas para lograr su bienestar, sin oportunidades de empleo y cuando consiguen alguno, éste no está bien remunerado; sin alternativas para el sustento de la familia; sin paz ni tranquilidad. Se hablan dos lenguajes, el oficial y el de la sociedad. Parece que autoridades y ciudadanos vivimos en mundos diferentes.
Vemos que, en materia de seguridad pública, por ejemplo, las declaraciones oficiales van en el sentido de que en nuestra entidad no pasa nada. Que los índices delictivos han bajado en esta administración; que ha mejorado notablemente la percepción de la ciudadanía en esta materia; que la nueva policía acreditable es un formidable instrumento para combatir a la delincuencia.
Nos dicen que hay un clima de armonía, de confianza y tranquilidad. Que se han creado grupos especializados para brindar atención integral. Que el Grupo Tajín y la Policía de Proximidad Social son verdaderas innovaciones. Que se ha mejorado notablemente en equipamiento táctico, en la información y en las comunicaciones.
Agencias