México.- El actor Sean Penn aseguró que es de “estúpidos” malinterpretar el comentario que hizo en la entrega de los Premios Óscar sobre el estatus migratorio en Estados Unidos de Alejandro González Iñárritu, una broma dirigida al cineasta que fue criticada por insensible e inapropiada.
El pasado 22 de febrero, Penn se encargó de develar el ganador de la Mejor Película en la ceremonia, un premio que fue para su amigo González Iñárritu por Birdman, y justo antes de anunciar su triunfo el actor preguntó en voz alta y con media sonrisa quién le había dado la tarjeta verde al director mexicano.
Sus palabras que fueron calificadas por Inárritu como “broma” indignaron a parte de la audiencia y a miembros de la comunidad latina en Estados Unidos. “Quería hacerle saber de forma privada que había ganado antes de que el resto del auditorio lo supiera, y él se dio cuenta. Así que lo que se diga no me importa”, manifestó Penn, que atendió este domingo en Los Ángeles a la prensa para presentar su nueva película, The Gunman.
El ganador de dos premios Óscar y activista fundador de la organización humanitaria para la recuperación de Haití J/P Haitian Relief Organization sugirió que bajo su broma subyace un mensaje más profundo que evidencia las deficiencias de Hollywood.
“Es realmente una cosa muy estúpida cuando reconoces que tienes un problema de diversidad y no te das cuentas de la ironía que logras en grandes películas como
Birdman, si no fomentas la diversidad en esta cultura”, manifestó el actor.Penn estrenará el 20 de marzo The Gunman, un filme centrado en la figura de un francotirador a sueldo que, tras una misión en Congo que degenera en mascare, decide dedicarse a la cooperación internacional hasta que su pasado vuelve para darle caza.
El thriller en el que Penn es protagonista, guionista y productor, fue rodado por el director de Taken, el francés Pierre Morel, y contó con un importante reparto de secundarios, como el español Javier Bardem y el británico Idris Elba a la cabeza, ambos ausentes en la rueda de prensa.
La mayor parte de la filmación de la cinta tuvo lugar entre Londres y Barcelona, esta última ciudad para Penn es la que “tiene los mejores restaurantes” y es “un gran sitio para hacer una película”.
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