Córdoba.- El director y líder del grupo de “inspectores garrote”, como ahora le llaman a los empleados de Comercio, Jean Paul González Rannauro el recomendado del eterno enchufado a la nómina legislativa Juan Bueno Torio, se va… según corrió como reguero de pólvora ayer en el “radio pasillo” que siempre hay entre empleados del Palacio municipal.
No ha ido a trabajar, mantienen la farsa de que se lastimó durante la manifestación del personal de esta Casa Editora la semana pasada, cuando fueron a rescatar las letras decomisadas por él, como ha acostumbrado decomisar mercancía a vendedores ambulantes a quienes corretean en las calles de la ciudad.
Sin embargo, Jean Paul se había lastimado previamente en un juego de futbol llanero, por lo cual iba con la mano vendada al Ayuntamiento; no ha regresado a trabajar pero no es por esa causa, sino porque entre muchas otras cosas mal hechas en la administración del alcalde Tomás Ríos Bernal, las agresiones a comerciantes repudiado por la población, resultó ser el “talón de Aquiles” de las autoridades.
La miopía del Alcalde por colocar a personas con este perfil pegó no sólo en el ánimo de los vendedores ambulantes y población en general, sino en el desarrollo económico de la ciudad.
Los “inspectores garrote” acumulan cuatro denuncias ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), la cual intervendrá.