Calcahualco.- Por problemas sentimentales, y luego de estar siete meses separados, un hombre de 37 años de edad fue hasta la casa que compartía con su mujer hace unos meses para colgarse en el exterior con la ayuda de una soga; el infortunado sujeto fue hallado por la esposa cuando subió a la planta alta de su casa, llevándose terrible sorpresa al atestiguar como su ex pareja pendía de una soga atada a una varilla que sobresalía de la construcción de mampostería.
El alarife, de 37 años de edad, fue identificado como Alejandro López Silva, quien durante toda la semana trabajaba en la ciudad de México, y cada fin de semana regresaba a la casa que compartía con su ex mujer en la comunidad de Maquixtla, de este municipio, incluso tuvo que construir una planta alta para, de cierta manera, tomar distancia de su ex pareja, sin alejarse de sus hijos.
Fue la mañana de este domingo, alrededor de las 8:00 horas, cuando Mercedes Luna García, de 35 años de edad, salió de su casa a la segunda planta para ver si su ex pareja había llegado a dormir, pues la noche anterior no lo había visto; sin embargo, al voltear para subir las escaleras, se sorprendió al descubrir a su ex esposo colgado de una varilla.
Horrorizada, la mujer dio parte a la Policía municipal de Calcahualco de manera inmediata, ante el asombro de sus cuatro hijos y vecinos que se despertaron por los gritos de la mujer, quienes quedaron atónitos ante el macabro hallazgo.
Al lugar arribaron elementos municipales de este lugar, quienes procedieron a acordonar el área y dar pronto aviso a las autoridades ministeriales, acudiendo hasta la comunidad agentes del MP para bajar el cuerpo y llevarlo a la morgue para la práctica de la necropsia de ley.
Trascendió que tras siete meses separados, desde la ciudad de México el sujeto le informó a su ex esposa que se iría a un lugar donde no lo pudieran hallar jamás, lo cual le sorprendió a la mujer, pues ella esperaba que su ex pareja llegara este sábado para ver a sus hijos, sin imaginarse que al día siguiente, lo encontraría completamente sin vida, y pendiendo de una cuerda.
Mauricio Láinez Vázquez
El Buen Tono