CD. Mendoza.- Amas de casa coincidieron en la expresión: “Antes comer huevo era de pobres”, esto ante el incremento en el precio del kilogramo del producto que varía entre los 31 y 34 pesos en tiendas y centros comerciales.
Se trata, dijeron, de algo básico para la alimentación de las familias de clase media y baja.
Refirieron que en noviembre de 2017 el kilo costaba 22 pesos, pero que a partir de ese mes de forma escalonada incrementó su costo hasta el actual, dependiendo del lugar dónde se adquiera.
Debido a que se trata de un alimento indispensable, un comerciante aseguró que las ventas disminuyen un 10 por ciento, porcentaje que no es muy significativo.
Amas de casa comentaron que en promedio compran tres kilogramos de huevo, pero que en situaciones como la actual, reducen el consumo a un kilo y medio para hacerlo rendir en la preparación de sus alimentos.
Consideraron que si antes degustar cualquier platillo cocinado con huevo era modesto, hoy en día por la crisis económica que enfrentan sus esposos por la falta de empleo y los salarios bajos, es un privilegio, ya que resulta más caro que consumir sólo verduras, sopa de pasta y pollo, que es la carne más barata.
“Aunque sea uno o dos pesos que incremente cada producto de la canasta básica siempre nos va a afectar a nosotras como amas de casa, porque somos las que vamos al día viendo qué es lo que vamos a hacer de comer para la familia”, manifestó.
