Córdoba.- El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), lejos de ser una Institución humanitaria, es una dependencia inhumana.
En el Hospital General de Zona número 8 del IMSS de Córdoba, derechohabientes y familiares diariamente sufren los tratos déspotas de enfermeras y personal administrativo, y la falta de profesionalismo de los doctores.
Los pacientes permanecen por horas de pie esperando ser atendidos, y hay quienes se quedan sin consulta. Algunos otros son citados para dentro de seis meses o un año, por lo que prefieren ir con médicos particulares para atender sus dolencias
Familiares de los enfermos no sólo padecen del dolor que les causa el ver a uno de sus seres amados hospitalizado, también sufren por los despreciables actos de corrupción, falta de ética y humanismo de quienes administran este hospital. No importa si afuera hace frío, calor o está lloviendo, si no han podido dormir en uno o dos días, o hasta un mes, la familia —por órdenes de la Dirección— debe permanecer en la calle, peor que animales.
Ocupan la banqueta para “echarse” un sueño, pero el frío cala los huesos y es incómodo el concreto.
Intentar saber cómo se encuentra su familiar, hace de los días un nudo de nervios, pues saben que adentro hay asesinos con bata, corruptos y protegidos por la ley.
Esta es la realidad diaria de un IMSS en decadencia, donde lo único que vale, son las cuotas que a los trabajadores se les descuentan sin excusa de manera quincenal.