Zongolica.- Debido a la situación de pobreza que viven las familias de la Sierra, en la gran mayoría de los hogares no hay festejos para recibir el año, por lo que los pobladores prefieren dormir a temprana hora.
Tan sólo en comunidades como Tepantícpac, ubicada a dos horas en vehículo, más una a pie de la cabecera municipal, la expectativa en fin de año es la misma de todos los meses: cenar un vaso de café y algún alimento recolectado en el campo, que pueden ser hierbas o frutos para los más afortunados que siembran en sus terrenos.
En la montaña, preocupa más el intenso frío que llega hasta los 5 grados por las madrugadas, pero que emite una sensación térmica de cero o menos grados, debido a la humedad y ubicación geográfica de cada localidad.
Con antelación, han llegado algunas asociaciones civiles de lugares como Córdoba, Orizaba y hasta de la Ciudad de México, para regalar alimentos que sólo sirven como paliativos para la extrema pobreza en que viven miles de indígenas, pues servirán para alimentarse una semana y después volver a la realidad de siempre.
“Desde que era niña siempre me acuesto a dormir cuando cae la noche, pues en la casa no hay para lujos. Recuerdo bien unas señoras que llegaron hace dos años a tomarse fotos en nuestros braceros y entregarnos un pollo por familia que sólo alcanzó para que comieran los niños. Los adultos ya estamos acostumbrados a recibir el año durmiendo” señala Melesia Atlahua, vendedora de quelites en la plaza.
En el mercado de la ciudad, apenas se aprecia la venta de cohetes chinos que serán comprados por los que tienen posibilidades enconómicas en un municipio de 45 mil habitantes, de los cuales alrededor de 42 mil son beneficiarios directos o indirectos de algún programa social federal, según informan funcionarios del área.
En Zongolica, a muchos no les afectará el aumento de la gasolina, pues caminan hasta 2 horas para llegar a sus escuelas o 3 hasta la cabecera, para pedir algún apoyo de unos 50 o 100 pesos, que servirán para comer una semana. A ellos, el feliz Año Nuevo representa lo mismo que la suerte del viejo, seguir en la pobreza.