Fidel Urbano G.
El Buen Tono
Comapa.- Desde hace más de 60 años, las mujeres de Nacaxtle se dedican a manufacturar comales a base de barro, como una forma de apoyar la economía de sus familias. Pero la falta de difusión y oportunidades para expandirse hace que paulatinamente la actividad tienda a desaparecer.
Modesta Hernández Blanco, Martina Hernández Pérez, Georgina Hernández Blanco y Natalia Merino Blanco, son algunas de quienes todavía dedican parte de su tiempo a dicho trabajo, con materia prima que extraen de una parcela de la comunidad.
Refirieron que heredaron la tarea de sus abuelos y padres, lo que actualmente les permite seguir en el mercado, aunque se trate de una labor pesada, desgastante, y escasamente valorada, pero que les ayudó para sostener a los suyos, especialmente costear los estudios de sus hijos.
Etapas
Las féminas explicaron el proceso para fabricar cada pieza que sale de sus manos. “Primero debemos ir al campo para buscar el barro, regresar a casa, ponerlo al Sol para que se seque, posteriormente lo desmoronamos y nuevamente lo dejamos a temperatura abierta, a fin de que se deshagan los peñascos”.
Una vez superado el primer paso, añadieron, proceden a convertir el material en una especie de masa, “tardamos unos 20 minutos en darle forma, cuando tenemos la mezcla idónea, a ras del suelo comenzamos a elaborar los comales, los dejamos reposar tres días, hasta que queden sólidos y secos”.
Finalmente los colocan en el horno, también rústico, pequeño, porque la falta de dinero impide que tengan uno en mejores condiciones y en el que puedan colocar todos a la vez.
Precisaron que requieren de una hora en la lumbre, luego los sacan, los dejan enfriarse y proceden a venderlos en los mercados de la región.
Algunas los decoran o pintan con diferentes imágenes, “esos, nuestros clientes los colocan en las paredes de sus casas”.
Desempeño
Cada una produce en promedio 10 piezas al día.
Hicieron notar que se trata de un trabajo pesado, debido a que deben cargarlos durante horas por las calles de las comunidades vecinas para ofrecerlos.
Lamentaron que no exista interés alguno del Ayuntamiento para ayudarlas a realizar exposiciones o ubicarlas en espacios que les permita aumentar sus ventas.
Manifestaron que actualmente existe desinterés de los jóvenes por hacer comales, los desalienta la carencia de infraestructura adecuada para seguir en el oficio, por lo que prefieren irse de su lugar de origen, buscar empleo en otros lugares, y tener una mejor calidad de vida.
Destacaron que ellas, a pesar de su avanzada edad, aún mantienen inclinación por el barro, disfrutan transformarlo con sus manos, y ofrecer un producto de calidad, que le pueda ser útil a las personas que se los compran.
