de la redacción el buen tono
XALAPA.- El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) pone en riesgo la seguridad de sus trabajadores y derechohabientes ante la corrupción y negligencia de sus autoridades, al hacer negocios “en lo oscurito” en el mantenimiento de los elevadores.
El problema alcanza a los hospitales de Córdoba y Orizaba, donde también hay aparatos cuyo mantenimiento estaba a cargo de la empresa que está bajo investigación.
Con la muerte de la menor Aitiana, en el elevador del H.G.Z 18 de Playa del Carmen, el 10 de julio pasado, se abrió la cloaca en rubro de las licitaciones para la compra y mantenimiento de elevadores en el IMSS.
Soluciones Integrales de Transportación Vertical en México, S.A. de C.V. (SITRAVEM), es la empresa que se fundó en mayo de 2018 y le dieron el contrato de mantenimiento de elevadores, a pesar que Mikel Arreola compró los elevadores con cinco años de garantía y mantenimiento desde 2016.
En la Delegación Veracruz Sur del IMSS, son al menos un elevador de Orizaba y los del HGZ de Córdoba, los que reciben mantenimiento por parte de la empresa que está en el ojo del huracán, señalada de contubernio con altos mandos del instituto.
La primera reacción del director general del IMSS, fue tratar de deslindarse de toda responsabilidad; sin embargo, el IMSS fue obligado a iniciar una investigación la cual arroja los siguientes datos duros:
En 2016, Mikel Arreola, director general del IMSS, compró 181 elevadores de la marca HITRA, por 558 millones de pesos a la empresa Arive y del Toro, en una licitación con irregularidades, como la ampliación de entrega e instalación de aparatos, de 230 días a 563 días naturales; además, se cambiaron las características de los elevadores por equipos de baja calidad. Esto incluía además garantía y mantenimiento por cinco años, la cual desaparecieron por acuerdo entre las partes.