Agencias
Boeing enfrenta una situación crítica luego de que un Boeing 737 Max 9 de Alaska Airlines experimentara la pérdida de una pieza de gran envergadura en pleno vuelo el pasado 5 de enero, lo que resultó en la suspensión de todos los vuelos de este modelo. La Administración Federal de Aviación (FAA) llevará a cabo inspecciones de los 737 Max 9, y las acciones de Boeing se desplomaron más del 8% en Wall Street.
El incidente aumenta la presión sobre Boeing, que ya ha enfrentado problemas de calidad anteriores. La empresa expresó su disposición a colaborar en la investigación y aseguró que la seguridad es su máxima prioridad. Sin embargo, las dudas sobre la confianza en la capacidad de fabricación de Boeing han llevado a una caída en el valor de sus acciones.
El director ejecutivo de Boeing, Dave Calhoun, canceló el retiro anual de altos directivos y convocó a una reunión general para abordar el incidente y reforzar el compromiso de la empresa con la seguridad y la calidad. La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) llevará a cabo una investigación exhaustiva para determinar las causas de la pérdida de la pieza del fuselaje.
Los reguladores han dejado en tierra 171 aviones Boeing 737 Max 9 hasta que se complete la investigación. La presidenta de la NTSB, Jennifer Homendy, anunció que se examinará el proceso de fabricación de Boeing y se investigará la causa de la explosión del panel que se desprendió del avión de Alaska Airlines.
La competencia entre Boeing y Airbus se intensifica, y los analistas señalan que la noticia podría tener un impacto negativo en Safran, proveedor único de los motores del 737 Max, mientras que Airbus podría beneficiarse de esta situación. A pesar de esto, se espera que el impacto no sea muy relevante, ya que la atención se centra en la evolución de las entregas y la mejora en la cadena de suministro.