CDMX.- El deterioro en una de las estructuras del distribuidor vial La Concordia que une la calzada Ignacio Zaragoza con la autopista México-Puebla es evidente, pues presenta daños estructurales desde el sismo del 19 de septiembre de 2017. El es riesgo latente y el gobierno de la Ciudad de México hace como que no pasa nada. ¿Esperarán que sea ahí la próxima tragedia?