De la Redacción
el buen tono
Región.- La situación de ingobernabilidad que prevalece en Veracruz es un reflejo de la escalada de la inseguridad que azota la entidad.
Según el Semáforo Delictivo, en enero de este año los delitos de extorsión con 76 registros, narcomenudeo con 233 y feminicidio con seis casos, están en color rojo.
La reciente masacre de una familia en Acultzingo se suma como prueba contundente de la falta de acción por parte del gobierno estatal, encabezado por Cuitláhuac García, para abordar este problema de manera efectiva, señalan organismos sociales.
A pesar de las promesas reiteradas durante los últimos seis años, la administración no ha logrado implementar estrategias contundentes para combatir la violencia.
Uno de los principales problemas radica en la manipulación de los datos estadísticos por parte del gobierno, lo cual pretende ocultar la cruda realidad que enfrentan los veracruzanos a diario.
Mientras el gobierno intenta hacer creer que la situación está bajo control, la realidad es que cada día se registran nuevos casos de asesinatos, secuestros y violencia indiscriminada que afecta a personas de todas las edades y géneros.
Resulta evidente que la estrategia de “abrazos, no balazos” propuesta por las autoridades de la 4T, ha demostrado ser ineficaz e incluso contraproducente.
En lugar de reducir los índices de violencia, esta política parece estar contribuyendo a una mayor impunidad y fortaleciendo a los grupos criminales que operan en la región.
La falta de resultados tangibles demuestra una clara incapacidad por parte del gobierno estatal para garantizar la seguridad y el bienestar de sus ciudadanos.