Región.- Los olores a incienso, limas y mole, propios de la celebración de Todos Santos, inundaron el ambiente que ayer se tiñó de amarillo, a fin de unir al mundo de los vivos con el de los muertos.
Los habitantes de los diferentes municipios visitaron las tumbas de sus familiares que dejaron de existir hace tiempo o recientemente, las adornaron con flores de la temporada y les colocaron una corona.
Lo anterior como lo marcan las tradiciones y costumbres que pasan de generación en generación con el objetivo de preservarlas y evitar que se pierdan con el tiempo.
También compartieron alimentos que les gustaban a los difuntos, los que prepararon con toda anticipación.
La noche del miércoles 1 de noviembre permitió a muchos participar u observar en el desfile de catrines y catrinas, caracterizados con atuendos de gala y algunos otros con el tradicional traje de indita.
Esto luego de que fueran puestas las ofrendas para los adultos durante la mañana, otros empezaron las actividades desde el pasado 28 de octubre, pues cada ofrenda tiene un día especial según la causa o motivo por el que partió el ser querido.
La tumba más antigua
En Amatlán de los Reyes la tumba más antigua en el cementerio municipal según su placa, es de una persona que falleció en 1897, aun cuando hay otras similares carecen de datos que permitan obtener información, pero esta data de hace 120 años.
Cecilio Vargas, un profesor, manifestó que anteriormente existía otro panteón que se localizaba donde anteriormente existía la Casa de la Cultura, Centro de Salud y Jardín de Niños, sin embargo, al cambiar de lugar el camposanto algunos sepulcros migraron de sitio.
En Amatlán de los Reyes, autoridades locales estimaron que fueron unas 15 mil personas las que visitaron los panteones de la cabecera municipal, como de las congregaciones Potrero Viejo, Paraje, La Patrona, entre otros.
Saturado
El camposanto que se encuentra saturado es el de Atoyac, pues en los últimos años se ha caracterizado por edificaciones en las que hay hasta tres cuerpos en un mismo sepulcro, pero la edificación es para arriba.
Debido a ello, los vivos que acuden de visita se ven obligados a saltar las tumbas para llegar a la de sus difuntos y así colocar flores y coronas en esta fecha especial. Según personal de Protección Civil reportó más de 10 mil visitantes.
Abandonadas
En Cuichapa, otro cementerio muy visitado fue el de la congregación La Laja, donde se observan tumbas de 1901 y 1924, las que ayer lucieron abandonadas, porque los familiares directos ya fallecieron y los descendientes las dejaron perderse.
Otras más fueron adornadas y visitadas tras un año de ausencia, dado que el trabajo y actividades diarias hacen que sus familiares a veces no acudan al cementerio a visitarlos, pero sí en estas fechas.